EL PAíS › GUERRA JUDICIAL SIN FIN ENTRE MENEM Y DUHALDE
“Cómo juntar a Bush y Saddam”
Por Raúl Kollmann
El fiscal electoral, Jorge Di Lello, fue quien le pidió a la jueza María Romilda Servini de Cubría que cite a una audiencia de conciliación en la guerra Duhalde-Menem. “Tal vez sea juntar a Bush y Saddam Hussein, que lo único que quieren es tirarse misiles. Bueno, se hará el intento de conciliación y después que hagan lo que quieran”, le dijo a este diario una fuente cercana al juzgado. En Tribunales la decisión de Servini causó escozor por cuanto consideran que la Justicia está ocupando el centro de la escena en un problema político que deben solucionar los políticos. Pero también es cierto que el sector menemista recurre a la Justicia ante cada paso que dan sus oponentes duhaldistas y éstos –que consideran a Servini un cuadro al servicio de Carlos Menem– demoran las apelaciones porque su objetivo es ganar tiempo. Como le explicó a Página/12 un hombre cercano al Presidente: “Tarde o temprano se echarán atrás los fallos de Servini, que no tienen ningún sustento jurídico. Mejor que sea lo más tarde posible, porque después vendrá otra apelación y todo quedará en manos de la Corte”.
Con esa estrategia en el campo judicial confían en empantanar al menemismo por varios meses, dilatando las internas e incluso las generales de marzo. Menem, por su parte, trata de forzar cuanto antes la elección de la mano de Servini y más delante de la Corte.
En la mañana de hoy, el fiscal Di Lello le pedirá a Servini que también cite a la conciliación a los otros candidatos presidenciales, José Manuel de la Sota, Néstor Kirchner, Adolfo Rodríguez Saá y José Octavio Bordón. La idea sería buscar una conciliación entre todos, aunque las expectativas son casi nulas. “Si después nos pronunciamos, van a decir que los fallos son a favor de uno u otro. Por eso se hace un intento previo de acuerdo. En todo caso a la sociedad le quedará claro que no hubo voluntad de conciliar por parte de los protagonistas”, señalaban anoche cerca del despacho de la jueza.
En otros rangos de la Justicia, se considera que ese no debe ser el papel de los jueces y se pronuncian contra el “activismo judicial”. Cerca de Duhalde son aún más duros: “Servini sólo trabaja para Menem y aquí hay una disputa de poder en la que ella se alinea con el ex presidente”.
Lo concreto es que las aristas que se vienen ahora en el terreno judicial son las siguientes:
u Es difícil que la reunión de conciliación tenga quórum.
u Las resoluciones de Servini de Cubría en algún momento llegarán a la Cámara Nacional Electoral que no ve con buenos ojos la intromisión de la Justicia en los problemas políticos. Es muy probable que la Cámara reimplante las internas abiertas.
u Una resolución de ese tipo llevará a una nueva apelación y es probable que todo termine en la Corte.
u Está pendiente un fallo de Servini sobre las elecciones generales de marzo. Resuelva lo que resuelva, el tema llegará a la Cámara que –seguramente–, como opinan la mayoría de los constitucionalistas, señalarán que la convocatoria es inconstitucional. Todo esto también podría terminar en la Corte.
Con semejante panorama a la vista, si la guerra Duhalde-Menem continúa en la Justicia tardará meses en que uno derrote al otro. Mientras tanto las batallas continuarán en los organismos partidarios, en el Congreso Nacional y en casi todos los ámbitos del país. Por ahora se parece más a una pulseada en la que ninguno termina de juntar las fuerzas para doblegar al contrario.