ESPECTáCULOS

“Lo bizarro no es ‘TV abierta’, lo bizarro es la sociedad argentina”

Mariano Cohn y Gastón Duprat vuelven hoy a la carga con su idea preferida. A pesar de los
anuncios, no habrá cambios de formato.

 Por Emanuel Respighi

La dupla creativa conformada por Gastón Duprat y Mariano Cohn tiene claro que lo suyo no encaja en los parámetros que la televisión nacional fijó tácitamente como línea estilística. Dispuestos a dejar los contenidos televisivos en manos de la gente común, los jóvenes realizadores concibieron rarezas televisivas del tipo “Cupido”, “Juro que es verdad”, “Cuentos de terror” y “Navegando con Fede”, entre otros programas. Pero sin duda fue el primogénito “Televisión abierta”, aquel ciclo anárquico que América emitió en las medianoches de 1999, el programa de la dupla que mayor trascendencia obtuvo. Su virtud fue abrir la pantalla televisiva al ciudadano común en tiempos en que los reality shows aún no existían. A tres años de su despedida, esta noche vuelve “Televisión abierta”, aunque esta vez por la señal de cable Much Music (martes y jueves a las 23.30, y sábados y domingos a las 24).
Este año se habló mucho del regreso de “Televisión abierta”. Que se iba a transformar en un canal de cable que emitiría durante las 24 horas la vida y obra de personas comunes, que a partir de mayo saldría por el ex canal Azul TV, que el rostro oculto del aclamado locutor Pío Ragal sería revelado, que... Sin embargo, el ciclo retornará bajo los lineamientos que lo consagró: la cámara y el micrófono puestos al servicio de una galería de heterogéneas personas para que expresen o muestren lo que quieran. Sin intermediarios, restricciones ni castings: sólo la palabra en bruto de la gente.
“Todos los consejos que recibimos y que probamos fueron negativos para la esencia del programa”, cuenta Cohn a Página/12. “En un principio pensamos en mostrar el rostro de Pío, pero desechamos esa idea. Luego analizamos la posibilidad de hacerlo en un estudio, pero tampoco nos gustó. Al final nos dimos cuenta de que el mejor ‘Televisión abierta’ era el de la idea original”, apunta. La pasarela de extravagantes personajes que esta noche dará comienzo a la segunda etapa del ciclo está compuesta por un transformista que asegura que el doctor Mario Socolinsky lo persigue para acosarlo sexualmente, un hombre que con un patito de juguete enroscado al cuello explica su novedoso sistema para no dormirse (Patomaster), un fan que imita a Michael Jackson mientras un grupo de moscas revolotean alrededor de su cabeza y hasta un músico que toca el saxo desnudo.
Pese a la cantidad de programas que en los últimos años convirtieron a la gente común en protagonistas, Cohn asegura que “TA” continúa estando “fuera de época” por su “moderno” formato. “Acá no hay castings, selecciones o filtros espantosos como los que imponen los reality shows. Ni está guionado o condicionado a lo que los productores quieren oír. La propuesta es que participe la gente de manera directa, sin filtros, con la condición de hacerse cargo de lo que se diga. Lo único que hacemos nosotros es armar un programa equilibrado y con variedad. El programa lo hace la gente. Si el ciclo sale malo, aburrido, delirante o se transforma en un espacio de debate, es exclusiva responsabilidad de la gente”, subraya.
Abrir las cámaras a todo el que lo desee, sin ningún tipo de control más allá del tiempo, es una idea que erosiona el pensamiento único que construye el discurso televisivo. “No hay duda de que, por su concepción y realización, ‘TA’ es una patada al estómago de cualquier programa de televisión”, remarca Cohn. “Por eso –dice– algunas personas denominan al programa como bizarro. Pero creo que, en realidad, bizarras son las vidas cotidianas de quienes dicen que el ciclo es bizarro. Hay sectores que utilizan esa categoría para protegerse de la realidad y alejarse de ella, como excluyéndose de este zoológico. Porque hay algo que es claro: el programa es un termómetro de la sociedad. En todo caso, si lo que se ve en el programa es bizarro, hay que plantear que la sociedad argentina es bizarra. El problema es que hay gente que prefiere negar esta realidad.”

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“Televisión abierta” nació en América, pero resurge en Much Music.
Hoy se verá a un hombre que presenta el “Patomaster” para no dormir.
 
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