EL PAíS › DANIEL LEONARDO CONTó LA BALACERA QUE SUFRIó

“Fue un atentado”

 Por I. H. y R. K.

Daniel Leonardo, el cuñado parapsicólogo de Mauricio Macri, aseguró ante el juez Norberto Oyarbide que el episodio en el que fue baleado en la puerta de su casa “fue un atentado”. “Estoy asustado y temo por mi vida”, dijo angustiado en su tercera declaración en la causa en la que se descubrió que tuvo el teléfono pinchado. El ataque en el que Leonardo terminó con un disparo en la mano y una herida en la ingle ocurrió seis días después de que apuntara por las escuchas –al dar testimonio ante la Justicia– a su suegro Franco Macri y al jefe de Gobierno porteño.

“No me robaron nada. Y eso que llevaba un reloj Cartier, una cadena de oro, dos anillos de oro, además de la alianza de casamiento, el celular y seis mil pesos en efectivo. Eso prueba que fue un atentado”, redondeó.

“Quieren que desaparezca de la familia”, había dicho. En la fiscalía descentralizada de Ituzaingó, a cargo de Gabriela Millán, descreen de la hipótesis sostenida por Leonardo. Allí afirman que la propia víctima declaró inicialmente que fue una tentativa de robo y que las pruebas de la causa confirman esa presunción.

Leonardo contó ayer ante el juez que había cruzado a la casa de unos parientes, que son los vecinos de enfrente. Volvió a su casa a buscar cigarrillos cerca de las 20.30, abrió la puerta de rejas, la dejó sin llaves, caminó los cinco metros hasta la otra puerta y cuando la estaba abriendo “entraron, creo que tres personas, y me dijeron ‘te vamos a matar’”. Describe que se “trabaron en lucha con dos de ellas” y “continuó la lucha adentro de la casa”.

Cuando le preguntaron dijo que cree que escuchó “dos o tres detonaciones” del arma. Insistió en que las dos personas estaban armadas pero sólo una disparó, “impactando en la mano izquierda y esquirlas en la ingle”. “Posteriormente se le trabó el arma y por eso la segunda bala no salió”, describió.

En la fiscalía de la doctora Millán ya resolvieron la prisión preventiva del único detenido, imputándole el delito de tentativa de robo agravado y lesiones. La versión que ellos dan por cierta es que dos o tres personas intentaron robarle a Leonardo y que después de una breve pelea el arma de uno de los atacantes se trabó, por lo que debieron huir. El alerta lo dieron dos vecinos que, según el expediente, vieron todo lo ocurrido. Esos vecinos dijeron que los sujetos huyeron en un colectivo e indicaron la dirección que tomó el transporte público. Un patrullero fue detrás del colectivo y cuando estaba por alcanzarlo dos personas se bajaron corriendo. En la persecución, uno de ellos arrojó varias cosas al piso, entre ellas un arma calibre 22. Uno de los individuos fue finalmente aprehendido: tiene domicilio en La Matanza y registra antecedentes de robo.

El arma arrojada en la huida aparece como prueba importante porque tiene un proyectil trabado en la recámara, tal cual el relato inicial de Leonardo. “Se imagina que nadie va a matar a otro y menos todavía a un integrante de la familia Macri, viajando en colectivo”, le dijo a este diario una fuente de la fiscalía. En Ituzaingó sostienen, además, que el propio Leonardo les dijo a los policías que lo socorrieron: “Me quisieron robar”. Después, ante la fiscal, buscó un camino intermedio. Afirmó que no sabía si fue un robo o un atentado: “Me quisieron agarrar”, sintetizó. Ahora insiste en la teoría del atentado y pone como prueba principal el hecho de que tenía mucho encima y no le robaron nada.

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