EL PAíS › “EMPLEO EN NEGRO, PARADIGMA DEL NEOLIBERALISMO”

La desarticulación social

–¿Cuál es el diagnóstico de su cartera sobre la situación del mercado de trabajo? ¿Qué índices manejan sobre empleo precario?
–La Argentina está atravesando una de sus etapas sociales más oscuras. Y ello se refleja en una estructura ocupacional absolutamente desarticulada, con varias expresiones negativas, como el índice de desempleo. Pero también en que de un 72 por ciento de personas que se manifiesta en relación de dependencia, la mitad es personal no registrado. Es decir que esa mitad forma parte del mercado de trabajo en negro, que es como el paradigma del mercado de trabajo soñado por los principios neoliberales. Es una de las situaciones más injustas de la Argentina: el 40 por ciento de los trabajadores está en negro.
–El universo de trabajadores en negro pareciera ser mucho más amplio, incluso con sectores en condiciones mucho peores que las de los trabajadores en relación de dependencia no registrados...
–Es un sector que ha crecido fuertemente, porque ahí están los trabajadores de cualquier rango de ingresos que no tienen relación de dependencia. Además de los que están empleados pero no registrados, como los clásicos “factureros”, están también los cartoneros o los trabajadores en la vía pública. ¿Qué caracteriza el trabajo en negro? Que no tienen ningún tipo de protección social. Si los despiden no les pagan indemnización, pero tampoco hacen aportes a la jubilación, no tienen un servicio de salud. No tienen ninguno de los beneficios tradicionales.
–Con el agravante de que el que reclama corre riesgo de ser despedido.
–Por eso les digo que el mercado de trabajo en negro es el paradigma del trabajo del neoliberalismo. Si ellos pudieran, todo el mercado de trabajo estaría en negro.
–¿Qué puede dar el Gobierno para que el que está trabajando en negro pueda defenderse?
–Hay elementos macro y microeconómicos. La disminución de la desocupación sería la gran herramienta para que un trabajador pueda decirle “no” a una propuesta de trabajo en negro. Pero el Ministerio de Trabajo tiene un papel que cumplir –y que recuperar– que es la inspección de trabajo. Me parece que contra el fraude laboral y contra el desconocimiento de las normas por parte de obreros y empleadores hay mucho que hacer. El otro origen posible del empleo en negro es por razones de supervivencia, cuando el patrón no puede pagar las cargas sociales porque si lo hace, cierra.
–Para que una inspección de trabajo pueda ser efectiva, ¿cómo se debe direccionar?
–Necesariamente debe incorporar el uso de las bases de datos con que cuenta el sector público en la AFIP, la Anses y los organismos de seguridad social. Se trata de avanzar sobre la mediana empresa, que es el sector donde se localiza el trabajo en negro. La gran empresa, en todo caso, tiene trabajo “en gris”, es decir una parte de la remuneración en blanco y otra en negro. Hay mucho para hacer en ese terreno. Por ejemplo, unificar todos los sistemas de inspección y dotarlos de recursos técnicos y financieros para funcionar, una política que requiere ser reflejada en el presupuesto nacional. No es sólo decir “juntemos a los inspectores para hacer una manzana por día”.

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