EL PAíS

Mucho ruido y pocas nueces

El periodista italiano Nello Scavo, autor del libro La Lista de Bergoglio escribió una extensa carta a Página/12. Estos son sus puntos principales:

“Dice Verbitsky: ‘Según Scavo, Bergoglio puso en contacto a los catequistas villeros Sergio y Ana Gobulin con el cónsul italiano en Buenos Aires, Enrico Calamai, quien los escondió y les consiguió pasaportes y dinero para viajar a Italia, donde aún viven’. Primera aclaración: en mi libro nunca escribo que Bergoglio se puso directamente en contacto con Calamai. Sí afirmo que contactó a la familia de Ana y Sergio Gobulin y encontró una manera discreta de apelar el caso ante el valiente diplomático italiano. En el libro, explico que entrevisté a Calamai para verificar los antecedentes reunidos, y él confirmó que: ‘Nunca había tenido un trato directo con Bergoglio. Y, más, que en aquellos años nunca había escuchado su nombre’.”

- “En octubre de 2013, Verbitsky escribió que mi libro fue ‘editado por la editorial Missionaria Italiana, que también pertenece a aquella Conferencia Episcopal’. Segunda aclaración: la editorial Emi (que fue la primera en Italia en publicar el informe ‘Nunca Más’, que por cierto no era indulgente con la Iglesia Argentina), pertenece en cambio a algunas Congregaciones o Familias Religiosas Misioneras totalmente autónomas e independientes de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI). En cambio yo sí soy periodista del Avvenire, un periódico católico nacional, cuya participación mayoritaria pertenece a la Conferencia Episcopal Italiana (donde) firmé algunas de las investigaciones más importantes sobre crímenes y casos de malversación financiera cometidos por miembros del clero.”

- “Verbitsky declara que los testimonios de los seminaristas de La Rioja no se refieren a la dictadura militar sino que son anteriores. Olvida que todos estos testimonios han sido verificados por Associated Press, New York Post y relanzados por los principales periódicos del mundo (ciertamente no sospechosos de ser pro-Vaticano), como The Washington Post. Pregunto: ¿es concebible una conspiración que involucre al Vaticano, Nello Scavo, The Washington Post, la revista Time, Rolling Stones, Le Monde, etc., etc?”

- “Mi libro incluye un documento inédito de Amnistía Internacional. La conocida organización dice que ‘no hay una imputación o acusación formal contra Jorge Mario Bergoglio y no tenemos constancia en nuestros archivos de cualquier participación del Arzobispo de Buenos Aires en otros casos’. Sigo preguntando: los jueces argentinos no han encontrado nada en contra de Bergoglio. ¿Por qué no habría de confiar en la justicia argentina?”

- “Si de verdad Bergoglio es ‘un gran actor’, una muestra de la ‘doble moral’, un hombre de poder ‘inteligente’: ¿sabría explicar por qué una persona con estas características –y que de acuerdo con Verbitsky puede contar con el apoyo de los medios de comunicación de todo el mundo– sería tan ingenuo para dejar la tarea de ‘reconstruir su virginidad’ a un reportero de un periódico católico italiano, y no a un periodista de la prensa internacional?” 

- “Espero tener la ocasión de encontrar a Horacio Verbitsky, a quien le daría las gracias por sus grandes investigaciones periodísticas (para todos los periodistas noveles él es un ‘mito’). Me gustaría tomar un café con él discutiendo, con honestidad y sin descalificaciones personales, delante de un café. No he escrito un libro de Historia, sino de historias. Y yo no creo ser infalible ni quiero fabricar alguna realidad para proteger al papa Francisco. Por eso espero que, algún día, el señor Verbitsky pueda convencerse de que Nello Scavo es sólo la voz de Nello Scavo. A ambos, sin embargo, nos juzgarán nuestros lectores”. 

Esta es la respuesta de Verbitsky:

Acepto la invitación para debatir estas cuestiones, café de por medio. Como bien dice Scavo, él ha escrito un libro de historias, mientras yo publiqué seis tomos con la Historia Política de la Iglesia Católica argentina en el siglo que va de 1884 a 1983. Son más de 3000 páginas, con 8000 citas de documentos secretos y públicos, libros, periódicos y entrevistas. Bergoglio es apenas una anécdota. Por enésima vez recuerdo que los cargos en su contra se originan en documentos y en testimonios personales de Orlando Yorio y Francisco Jalics. Respecto de los puntos mencionados por Scavo en su carta:

- El cónsul Calamai sostiene que no hacían falta contactos ni recomendaciones para llegar a él, porque sus puertas estaban abiertas para todos los perseguidos. Por eso se ha negado a participar en la película laudatoria que se prepara sobre el libro de Scavo. Carece de sentido atribuirle a Bergoglio en forma directa o indirecta el salvataje de los Gobulin.

- Haber publicado el “Nunca Más” no acredita independencia editorial respecto de la Iglesia. Ese informe de la Conadep fue más que indulgente con la jerarquía católica. Apenas incluyó un breve capítulo “Sobre actitudes de algunos miembros de la Iglesia”. Desde el título es ostensible su intención exculpatoria. Y en su primer párrafo dice que “El Episcopado Argentino condenó reiteradamente la modalidad represiva que investigó esta Comisión”. El informe sólo mencionó a cinco capellanes que habrían faltado a esa línea, lo cual es una falsificación de los hechos, como lo demostraron el libro de Emilio Mignone, Iglesia y dictadura, de 1986, y mis obras publicadas entre 2005 y 2010.

- Los diarios que menciona Scavo no han “verificado” ninguno de los testimonios de su libro, sólo han reproducido su versión. Pero es el propio Scavo quien dice en su libro que Bergoglio recibió a los seminaristas riojanos a pedido de Angelelli, para que completaran en San Miguel sus estudios teológicos, antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976. Lo mismo ocurre con el sacerdote jesuita español José Luis Caravías, a quien devolvió a su país en 1975.

- Nunca dije que Scavo haya emprendido la reconstrucción de la virginidad papal por encargo de Bergoglio ni me referí a ninguna conspiración. Pero carezco del candor necesario para omitir que las notas de Scavo fueron publicadas en el diario de la Conferencia Episcopal Italiana.

- Scavo mutiló la cita de Amnistía. La frase completa dice que la organización carece de documentación “para demostrar o negar la participación” de Bergoglio en el secuestro de Yorio y Jalics. Jamás dije que Bergoglio tuviera responsabilidad penal en el caso, sino política y moral, que es algo distinto. Por eso, el CELS no lo denunció ante los tribunales, donde su testimonio es una muestra acabada de ambigüedad y doble mensaje, incluyendo falsedades demostradas por las Abuelas de Plaza de Mayo sobre su presunto desconocimiento sobre el robo de bebés.

- Scavo pretende que la presunta red de Bergoglio (tan secreta que ni sus integrantes conocían su existencia...) salvó la vida de más de un centenar de perseguidos por la dictadura. Pero sólo menciona diez casos:

+ cuatro ocurrieron antes del golpe de 1976;

+ uno es su compañero en Guardia de Hierro, José de la Sota;

+ otro es el profesor Alfredo Somoza, que editaba una revista literaria en mimeógrafo y decidió irse en 1981 cuando el dictador Viola lo invitó por carta a una reunión (método que no formaba parte de la parafernalia represiva);

+ dos fueron salvados por el cónsul Calamai, quien entonces ni conocía al provincial jesuita ni se suma a esta papolatría de ocasión.

Mucho ruido y pocas nueces, Nello.

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