ESPECTáCULOS

Cuando el surrealismo en el cine provocaba conmoción y escándalos

El programa “Movimientos”, que emite Canal (à), estará dedicado mañana a recordar el impacto que produjo “Un perro andaluz”, de Luis Buñuel.

 Por Oscar Ranzani

Allá lejos y hace tiempo, el surrealismo fue un movimiento de vanguardia que puso en jaque diversas tradiciones estéticas y produjo un quiebre en el reinado de la razón, privilegiando el mundo onírico. Si bien en un principio perteneció exclusivamente al campo de la literatura, amplió luego su área de influencia a otros espacios del arte, entre ellos, el cine. Un minucioso racconto histórico de su incursión en el mundo de las películas es el que exhibirá Canal (á) mañana a las 16 dentro del ciclo “Movimientos” (repite a las 23.30 y el sábado a las 15). “El cine surrealista” es un programa que explora las características de esta corriente basada en la transgresión de reglas y normas, el descubrimiento del inconsciente y la búsqueda de la libertad total del individuo.
El programa arranca en los años ‘20, época en que las vanguardias artísticas comenzaron a oponerse a lo que consideraban el arte oficial, el arte permitido. Plantea que de la misma manera que habían operado en el ámbito de la pintura y la literatura, esas vanguardias construyeron un movimiento cinematográfico alternativo y consideraron al cine, por entonces mudo, como una extensión de esas artes. Por esos años diversas escuelas estéticas realizaron operaciones que desembocaron incluso en expresiones cinematográficas abstractas y cubistas. También aplicaron su concepción al mundo cinematográfico los futuristas, el impresionismo francés, el expresionismo alemán y el dadaísmo, que terminó por consolidarse en París. Fue de este último movimiento que nació el surrealismo. Aunque, según resalta el programa, resulta difícil determinar el pasaje del dadaísmo al surrealismo, incluso en el cine, porque los dos movimientos tuvieron una continuidad entre sí y se opusieron con fuerza a las normas del cine convencional.
A diferencia de lo que sucedió con la pintura y la literatura, el cine surrealista no tuvo principios fundacionales, lo que dificultaba el reconocimiento de un film perteneciente al movimiento. Entonces, los surrealistas adoptaron algunos postulados de Dadá que pregonaban destruir todo arte existente, empezar desde la nada y utilizar la provocación como método de agitación de las conciencias adormecidas. La emisión se detiene en este momento histórico en que el cine surrealista comenzó a romper con la causalidad convencional y propuso el reino del azar, el hallazgo fortuito, el mundo de los sueños y del inconsciente. Sin embargo y, respondiendo a una concepción básica de la vanguardia –cuando termina por afirmarse deja de ser nuevo–, aquel período duró apenas dos años, de 1928 a 1930.
El máximo exponente del surrealismo en el cine fue Luis Buñuel, creador de Un perro andaluz, su primer film y el que lo consagraría para siempre en la historia del arte del siglo XX. Para realizarla, Buñuel se basó en un sueño propio y otro del pintor Salvador Dalí y, al ponerlos en combinación, creó una obra que aún hoy sigue siendo perturbadora. El film duraba sólo diecisiete minutos y se conoció en París en setiembre de 1929, en medio de un escándalo público. El guión fue gestado en apenas tres días y, para escribirlo, Buñuel y Dalí acordaron una regla que establecía no aceptar ninguna idea que pudiera dar una explicación racional, de manera de poder utilizar las imágenes que los impresionaban sin necesidad de averiguar su fundamento.
Luego de la repercusión que obtuvo Un perro andaluz, Buñuel, una vez más con la colaboración de Dalí, comenzó a filmar La edad de oro, cuyo estreno coincidió con los comienzos del cine sonoro. En el film, las imágenes se sucedían sin una continuidad lógica, y de un documental sobre escorpiones se pasaba a una escena de neta inspiración sadiana, en una mansión de la alta sociedad donde los invitados se divertían con el asesinato de un niño en manos de su padre. También se incluían imágenes fetichistas (un director de orquesta besando frenéticamente los pies desnudos de una mujer) y de saqueos de iglesias. La película se conoció en noviembre de 1930 y los jóvenes de la Liga Patriótica y Antijudía atacaron el cine ybombardearon la pantalla. La prensa de derecha apoyó estas acciones, la película fue prohibida y la censura se extendió durante cincuenta años. Con la llegada del cine sonoro se esfumaron las expresiones surrealistas, porque los integrantes del movimiento veían en el cine mudo la posibilidad de independizarse de la palabra.

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Un sueño dentro de otro sueño: la navaja de Buñuel secciona el ojo de una mujer conjurada por la luna.
 
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