ESPECTáCULOS

“Nosotros tenemos una gran voluntad de trabajo”

Los músicos del Colón, que ayer fueron sancionados con cinco días de suspensión, explican su postura en el conflicto.

 Por Diego Fischerman

De un lado estaba la sala del Teatro Colón, llena en su gran mayoría de niños y jóvenes alumnos de escuelas primarias y secundarias de varias partes del país. Del otro, junto al escenario, los cantantes solistas, bailarines, figurantes y técnicos que tenían a su cargo la última función de la ópera Bomarzo, el día del 20º aniversario de la muerte de su autor, Alberto Ginastera. Entre unos y otros, la decisión de los integrantes de la Orquesta y el Coro Estables del teatro de no hacer la función. El motivo: el horario de las 14, puesto por la dirección del Colón para facilitar la asistencia estudiantil –a quien estaba dedicada la función– y no reconocido como legítimo por los músicos.
El representante general de los sectores artísticos del Teatro Colón, José Piazza, aclaró ayer que no se trata de un conflicto gremial ya que “ningún gremio tomó parte”. El conflicto, puntualizó viene “de larga data” y tiene que ver con un reglamento “no consensuado”. El otro dato remarcado por la representación de los músicos fue que no se trató de una medida de fuerza sino “de no dejar sentado el precedente de que se pueden hacer funciones en cualquier horario”. En relación con ese punto, los músicos aducen “problemas de programación” mientras que la dirección del teatro puntualiza el hecho de que ese horario era necesario precisamente por la condición de “función estudiantil”. El conflicto resulta atípico en tanto no hay reclamos de los músicos y la suspensión de la función no fue un medio para presionar en el marco de una lucha por determinadas reivindicaciones. En realidad, el objeto de la negativa fue no reconocer la pertinencia de la función programada.
Piazza aseguró que “este conflicto fue generado por las autoridades del Teatro Colón y la función no se realizó por razones ajenas a la voluntad de los cuerpos artísticos. Los cuerpos artísticos tienen una gran voluntad de trabajar y de hacer la función y no interrumpirla, pero siempre y cuando y en tanto se respeten los derechos de los trabajadores artísticos. Las autoridades del Teatro Colón sabían de antemano que no estábamos de acuerdo con hacer esta función e igual metieron la gente adentro para apretarnos. La función no la levantamos nosotros”. La dirección del teatro asegura, en cambio, que el horario programado para la función estaba dentro de las prestaciones reglamentadas y que, más allá de los usos y costumbres acerca de las funciones nocturnas (los integrantes de la Orquesta y Coro Estables insisten en que nunca se habían hecho funciones de tarde) el mismo reglamento faculta a la dirección artística para definir los horarios de acuerdo con necesidades de programación.
El nudo de la discusión es que para las autoridades tanto los ensayos como las funciones corresponden indistintamente a las obligaciones laborales de los cuerpos artísticos del teatro mientras que para éstos hay una diferencia entre unos (que sólo pueden ser nocturnos) y los otros. Y el otro punto que la dirección del Colón señala es que la función estaba programada desde diciembre, ante lo cual los músicos afirman que “avisamos que esta función no correspondía y que no íbamos a hacerla”. El Gobierno de la Ciudad, a través de la Secretaría de Cultura, resolvió, por su parte, sancionar a los integrantes de los cuerpos estables que se negaron a hacer la función con cinco días de suspensión. En los considerandos de la resolución se hace mención a “la extrema gravedad de la situación planteada y el serio perjuicio causado”.

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Para los músicos, el problema es un reglamento no consensuado”.
 
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