ESPECTáCULOS › “JUGANDO CON EL DESTINO”, DE GURINDER CHADHA

Un sueño llamado Beckham

Por M. P.

Chanfleándola como Beckham. Esa sería la traducción más literal del título original de esta comedia romántica británica, pero con un fuerte acento hindú. Porque lo que cuenta Jugando con el destino –tal su decepcionante título en castellano– es la historia de una chica india amante del fútbol. Y aún más: una chica que sueña con poder pegarle a la pelota tal como le pega su adorado David Beckham –el ídolo de la selección inglesa, ahora en el Real Madrid–, haciendo una comba capaz de meterse en el ángulo luego de superar cualquier barrera.
Lejos de ser una película deportiva, y más allá de las precisas referencias futbolísticas –con cameos incluidos del propio Beckham y Gary Lineker, goleador histórico del fútbol inglés devenido comentarista deportivo–, este tercer largometraje de Gurinder Chadha es un previsible pero simpático novelón familiar. Su protagonista es Jess, una jovencita atrapada entre la tradición y sus ganas de jugar al fútbol. Y ni hablar de la posibilidad de enamorarse de alguien que no sea de su raza. Jess se ha pasado la adolescencia lejos de los chicos, salvo para jugar al fútbol con ellos en el parque. Pero ya es mayorcita, y sus padres quieren que haga lo que toda joven hindú debe hacer a su edad: ir a la universidad y aprender a hacer comida tradicional india para así ser considerada una buena esposa dentro de su comunidad.
Si su hermana supo engañar a la familia para verse a escondidas con el que será su futuro marido, Jess comenzará a engañarlos a su vez, pero para ir a jugar al fútbol dentro de la liga femenina inglesa. “Los padres no siempre saben lo mejor para sus hijos”, deslizará uno de los protagonistas de un film que no se destaca precisamente por su rebeldía generacional. Pero que se aventurará por toda clase de pequeñas rebeldías y dramas ídem hasta encontrar una forma de satisfacerlos a todos: al romance, a la familia y especialmente a Jess, encarnada por la fantástica actriz británica Parminder Nagra, deliciosamente encantadora aún sin maquillaje, con la cabeza permanentemente hundida entre los hombros y el número siete en la espalda.
Pequeño fenómeno cinematográfico internacional a partir de su llamativo nombre original, Jugando con el destino es una película que decepciona un poco por sus escasas ambiciones. Habitada por una excesiva cantidad de clips armados con escenas de varios partidos (y goles) que parecen siempre el mismo, su recurrente comedieta de enredos románticos y familiares no le escapa a ningún lugar común del género. Sin embargo, y a pesar de que su metraje entre tantas idas y vueltas incluso se termina haciendo algo interminable, es imposible no simpatizar con su temática y sus personajes. Especialmente con la tan querible Jess, una chica capaz de confesarle todos sus secretos al poster de Beckham que cuelga en la pared de su cuarto.

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