ESPECTáCULOS › “PIOJOS Y PIOJITOS 2”, NOMINADO PARA LOS PREMIOS GARDEL

“Es un disco que se defiende solo”

Mariana Cincunegui, música y docente de niños, también fue la principal artífice de Piojos y Piojitos 2, el CD coproducido por Página/12 y ahora ternado como mejor trabajo de música infantil.

 Por Sandra Chaher

“La nominación ya es un premio”, dice con alborozo la artista y maestra de música Mariana Cincunegui. Y completa el motivo de su alegría con algunos datos: es la primera vez que un disco en el que ella participa es nominado para un premio; comparte la terna de música infantil para los Premios Gardel con Rubén Rada, un músico al que admira y del que grabó temas (el otro nominado es Piñón Fijo). Como gran epílogo: Piojos y Piojitos 2 (de ese disco estamos hablando) lleva vendidas 30 mil copias sin difusión radial ni televisiva. Digamos que el equipo que produjo las 10 canciones que desde agosto de 2003 resuenan en miles de hogares, ya ganó. Si además, como dice Mariana, en la noche del próximo 31 de marzo se llevan el Gardel, bingo.
Piojos y Piojitos 2 salió a la venta con la edición de Página/12 del Día del Niño de 2003 y desde entonces no paró de multiplicarse su pedido en los kioscos. “Es un disco que se defiende solo: está hecho por un grupo excelente de músicos del jazz, del rock, del folklore, algunos incluso nominados en otras ternas para el Premio Gardel, como Liliana Herrero; tiene un repertorio espectacular; cuesta 8 pesos, y lo más importante: ya tiene su lugar entre los juguetes de los chicos. Todas los que participamos pusimos mucho para hacerlo (el disco fue coproducido por el Taller Experimental de Música para Chicos de Mariana, la Escuela Aequalis, el Jardín de la Esquina y Página/12). Y la tapa... merece una mención aparte. Es amarilla, roja y azul, los colores del tema Trío para un bolsillo. La canción dice que con esos colores podés hacer todos los demás, y nosotros creemos que a partir de este disco podemos hacer cualquier cosa.”
Mariana está exultante. Sabe que, en un momento en el que la música infantil que no deriva de los programas de televisión no vende más de 4000 o 5000 unidades, lo que ellos lograron es una proeza. “Esta nominación es buenísima para mi carrera. Es un reconocimiento de que formo parte de la industria discográfica. Yo siempre grabé en sellos grandes y me sentí descuidada: editaban los discos pero después los cajoneaban, nadie se preocupaba por la prensa ni la difusión. Yo aspiro a que esta nominación me ayude a seguir editando discos y a poder hacer shows; tengo muchas ganas de salir a tocar.” Para los poco memoriosos, existió un primer Piojos y Piojitos, que editó el Jardín de la Esquina en 1991. También fue un éxito de ventas y marcó a la generación que hoy anda entre los 10 y 15 años. En ese momento Mariana tenía 18 años y participó como una de las maestras de música del jardín. Después siguió su camino como solista y con el grupo Los Pandiya y abrió el taller de Palermo Viejo donde más de 30 chicos se reúnen a explorar el sentido y las posibilidades de los sonidos.
En esa casa luminosa en la que los juguetes conviven en armonía, como en una orquesta, con libros de música, cuentos infantiles, antiguos juguetes de latón, modernísimas computadoras y teclados, plantas y adornos multicolores, Mariana espera sin desesperar. Y mientras tanto, baraja nuevos proyectos: un sello discográfico propio; la posible venta de Piojos y Piojitos 2 a España y Uruguay; los shows en los que se imagina abrazada por un coro que viene de la platea y un nuevo disco para el Día del Niño, que también coproducirá con Página/12. Todavía no está definido el proyecto, pero las dos posibilidades en danza la tientan: uno sería en inglés y el otro en castellano, pero ambos con repertorios populares y, por supuesto, con la participación de los chicos. “Y con la estética de Mariana Cincunegui –agrega refiriéndose a algo que ya debería ser reconocido como marca–: tiene que ver con mi generación. Desde lo musical, es la mezcla de lo eléctrico y lo acústico, la participación de los nenes, y la música que yo escuché: los Beatles, María Elena Walsh, rock nacional, folklore latinoamericano y música rioplatense. Y desde lo conceptual, es esta idea de no bajar línea en un sentido conductista de decirles a los chicos cómo se hacen las cosas; pero sí desde una idea de lo político: cantar temas de otros países y sentirse integrados; pensar que las cosas pueden reinventarse; o que todos tenemos derecho a la identidad.”

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“Lo que yo hago tiene que ver con mi generación”, dice Mariana.
El disco tiene, como sello, la activa participación de los chicos.
 
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