ESPECTáCULOS › ENTREVISTA A FERNANDO GAITAN, GUIONISTA DE “BETTY LA FEA”

“Todos la querían ver linda”

Poco después del estreno en Telefé de Ecomoda, secuela que modifica pautas del original, el autor colombiano reflexiona sobre el éxito de su criatura y anticipa un posible final feliz para la miniserie.

 Por Julián Gorodischer

Desde chico imaginó heroínas de flequillo pegajoso y aparatos fijos. Fernando Gaitán quitaba a las mujeres, como un hobbie, de los roles que otras libretistas (Delia Fiallo o Corín Tellado) otorgaban a las caras perfectas. Su ejercicio del insomnio (diseñar el monstruo) le daría la gloria que hoy se le acredita: ser el provocador que rompió con el reinado de belleza de unas pocas. Llevada a millones desde Rumania a la Argentina, y hasta colada en la portada del Washington Post, nacida en un país acostumbrado a lucir a sus pulposas en concursos de belleza, Betty (Ana María Orozco) cambió la historia. “Ahora una fea es el símbolo más reciente de la mujer colombiana”, dice el guionista a Página/12 con la satisfacción de la misión cumplida. Ecomoda (lunes a viernes a las 18, por Telefé), la secuela de Betty, reproduce el éxito pero no los temas. “Era tiempo de hablar de otras cosas: el estigma de la fealdad se terminó con la novela –dice Gaitán–. Quise ver, a través de la comedia, qué pasa con las parejas estables que se prometen felicidad eterna. Armando dará prueba de que la fidelidad existe.”
–Se habló de traición al personaje cuando Betty cambió su look...
–Esa historia de amor, desengaño, poder y rechazos ya se había contado. Lo que quedaba era observar qué pasaba con Betty al asumir la presidencia de la empresa y casarse con ese mujeriego infiel. Lo adaptamos a un tono de comedia para no repetir. La fealdad se mantiene en la niña: rompimos un tabú al convocar un casting de niños feos; eludimos el lugar común, y vinieron más de sesenta chicos. Betty no podía tener una niña bella; eso hubiera sido traicionar su propia historia.
–Pero ¿no es la redención de las feas o las gordas (desde Alcanzar una estrella a Mi gorda bella) una obligación pautada por el género?
–Había que activar ciertos mecanismos que exigían un cambio de fisonomía, para dar pie a su momento de revancha; era necesario para no correr el riesgo de perder el carácter popular de la tira. Una telenovela, ante todo, es un sueño colectivo, un anhelo popular, y la demanda de muchas mujeres era que hubiera un cambio estético, la querían linda. Pero ese cambio se hizo desde adentro hacia afuera, sin cirugías de ninguna índole. Betty se deja abrir y cambia, pero en un proceso gradual y natural que no se da en un quirófano, ni de la noche a la mañana.
–¿Cómo fue el proceso de creación de la secuela?
–Si para construir a Betty me había nutrido de distintas citas literarias (desde Jorge Luis Borges a Delmira Agustini), esta vez busqué fuentes en la propia televisión, analizando el sistema de la comedia de situación. Observé el desarrollo del gag. Admiro mucho la comedia gringa desde Friends a Sex and the City, pero también voy más atrás hasta Lucille Ball y Los Tres Chiflados. Para mí, son una fuente de consulta constante.
–¿Qué cosas sigue contando Ecomoda sobre Colombia?
–Refleja la crisis, el desempleo, las alianzas estratégicas de las empresas para no sucumbir. El gran tema empresarial está siempre presente. Pero también retoma los grandes temas de Yo soy Betty...: valorar el talento, el amor, sin importar la presencia física. Cuestionamos el desmadre que producen las cirugías y operaciones, quitamos a la belleza la importancia descomunal que le da la sociedad colombiana.
–Y en cuanto a sus efectos, ¿alcanzan la masividad mundial de Betty...?
–Es un hecho que cambiamos la imagen de los colombianos en el mundo, generalmente estigmatizada por las noticias internacionales sobre drogas, violencia e ilegales. Es un fenómeno mundial a causa de dos factores: toca o hiere la vanidad femenina más primaria, y eso hace que se generen efectos de solidarización. Su historia, además, se sigue con el corazón en la mano, y esa posición vuelve adicto al espectador.
–Usted es un observador atento de la ficción argentina, ¿por qué la elige?
–Nos llega Resistiré, que se dará por RCN antecedida por un respaldo unánime de la crítica, y también vendrán Los Roldán y Jesús, el heredero, ayudadas por el boom de la ficción argentina. Tiene que ver con un crecimiento de la producción, y con que la industria del cine y la TV se entremezclan allí sin distinguir soportes, enriqueciendo el proceso. Eso no es frecuente en otras partes del mundo.

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Fernando Gaitán (der.) hizo de Betty la fea un suceso en buena parte del planeta.
“Cambiamos la imagen de los colombianos en el mundo, generalmente estigmatizada”, dice el autor.
 
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