ESPECTáCULOS › ROXANA GRINSTEIN, COREOGRAFA

Destino bloqueado

 Por Silvina Friera

La desconexión entre cuatro personajes que intentan desesperadamente comunicarse es el punto de partida de El destino que usted intenta alcanzar está momentáneamente bloqueado, espectáculo de danza coreografiado por Roxana Grinstein, que se despide hoy a las 23 en el Portón de Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034). ¿Cómo relacionarse con otros?, ¿cómo escapar de la encrucijada que plantea la saturación de mensajes sin receptores? y ¿cómo evitar la soledad del desencuentro? son algunos interrogantes que dispararon esta obra interpretada por Liliana Toccaceli, Cecilia Pugin, Luis López Morerr y Luis Garay. “Los afectos de los seres humanos siempre parecen bloqueados, y en esta obra vemos a personas que necesitan el sostén de sus pares para caminar”, reflexiona Grinstein.
Creadora de notables coreografías que dejaron una impronta en la danza contemporánea de los últimos 20 años, como Reverberancias, El escote y Cenizas de tango, Grinstein se entrega con pasión al trabajo: además de las clases que dicta, acaba de asumir como directora de la compañía de danza del Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Este mes viajará a Alemania para participar en el Festival In Transit, en la Casa de las Culturas del mundo de Berlín, con El destino... y El escote. “Esta mirada pesimista sobre el desencuentro no impide que el humor irrumpa de un modo sutil, como sátira o pequeña humorada”, aclara.
–¿De dónde surgió el título?
–Es el primer rasgo de humor. No bien se privatizaron los teléfonos, cuando vos llamabas a alguien y te daba ocupado, aparecía una voz grabada que decía esa frase. Al escuchar eso, yo pensaba que no pretendía alcanzar ningún destino, sólo hablar con alguien. Me parecía que todo era menos pretencioso, pero para las telefónicas hablar es un destino en sí mismo, aunque el destino sea algo más que una amena charla. Vivimos en una era donde supuestamente la comunicación es más fácil porque tenemos teléfono, celular y mail. Pero hay más problemas con las comunicaciones, quizá porque nos respaldamos en esa facilidad que después no tiene sustento en la realidad.
–¿A los artistas les cuesta estar comunicados entre sí?
–La danza vive un momento de gran vigor, como las artes en general, pero aún le falta un arraigo en el público. La pregunta es cómo lograr que la gente busque danza como con el teatro y que esa búsqueda no desemboque en un deseo trunco. Me parece que no hay rito en el mundo de la danza y esto está vinculado con la educación y con la cultura, porque lo que moviliza a los pueblos varía con las idiosincrasias. Por algún motivo, la danza no tiene tanta historia como el teatro aquí. Necesitamos desarrollar a un público más amplio, que no sea sólo jóvenes que estudian danza, profesoras y coreógrafas.
–¿Qué perfil intentará otorgarle a la compañía del IUNA?
–El IUNA tiene una gran población de alumnos y mi aspiración es que esta compañía esté arraigada en esa población. Empezamos modificando la composición de bailarines: el ballet estaba integrado casi en su totalidad por egresados, ahora son mayoritariamente estudiantes. La manera de generar público es instalarse y ser prepotente con el trabajo.

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