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Por M. P.

Una ciudad sitiada y llena de zombies. Ese es el escenario de Resident Evil 2: Apocalipsis, secuela de una película basada en un videojuego, cuyas aventuras suelen ser lo más parecido a una película clase B, pero con presupuesto. Algo que por lo general deja afuera lo más interesante de las películas de terror de bajo presupuesto, que son esos momentos en que no pasa nada terrorífico. Pero la historia, sin embargo, debe continuar. Y allí es cuando el guión, el efecto especial más barato de todos, debe tomar el mando. Pero, tal como en los videojuegos, en películas como Resident Evil la acción no se detiene jamás. Y entonces su espectáculo es pura acción, pero ni una sola idea. A pesar de la eficacia de su acción permanente, este Resident Evil 2 es una película casi tan tonta como sus zombies trastabillantes y que requiere demasiada fe en el cine Clase B por parte de su ocasional espectador para poder disfrutarse.