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“En mi calidad de Actor Cómico de la Nación y Primer Monologuista Diplomado del País debo aclarar algo: así no se puede laburar... Hay demasiados temas, demasiados bolonquis. No doy abasto. Les juro que a veces pasan tantas cosas en el medio, se dio vuelta tantas veces la tortilla, que el que dijo algo al rato dice todo lo contrario, que el que estaba y dijo que no iba a renunciar, ya renunció. (...) Por eso quiero aprovechar para decirles a los responsables que no es necesario hacer tantos despelotes juntos. Y tan rápidos. Piensen que durante los últimos cincuenta años una verdadera legión de gobernantes y funcionarios dieron lo mejor de sí para hacer pelota al país y lograr que estemos mal...”.
Cualquiera afirmaría que este párrafo fue pronunciado recientemente por algún analista político, describiendo la brutal actualidad que acosa al país. Pero el monólogo fue emitido hace más de una década (el 18 de agosto de 1991) por un hombre de frac, anteojos y un despeinado peluquín que cubría un inigualable cerebro. Ese hombre era Tato Bores, el editorialista de humor político más relevante de la TV argentina. Conmemorando el que sería su cumpleaños número 75, la señal de cable Volver emitirá hoy un maratón de 12 horas dedicados al Actor Cómico de la Nación fallecido en enero de 1996. Por lo general, cuando la TV realiza retrospectivas sobre algún artista, las imágenes producen cierta melancolía en los espectadores por aquello que fue y que hoy ya no está. Sin embargo, en el caso de Tato, la programación parecería ajustarse más a un acto de justicia y de memoria que a cualquier otra cosa. Es que Tato supo analizar como nadie la historia del país los más de 30 años en los que se mantuvo, prohibiciones mediante, en el aire.
El maratón está compuesto por cuatro películas protagonizadas por Tato y los seis programas especiales de “La Argentina de Tato” que sus hijos realizaron para el 13 en 1999, compilando los mejores monólogos. “Tato fue un adelantado. Era un tipo muy creativo”, analiza en diálogo con Página/12 Roberto Carnaghi, su coequiper desde 1973. “Sus monólogos siguen vigentes porque describen fantásticamente cada época del país y porque aún pasan las mismas cosas. Las palabras de Tato eran proféticas. Creo que sus programas se tendrían que emitir en las escuelas, porque repasan con exactitud buena parte de nuestra historia”, cierra el actor.
El ciclo comenzará a las 14 con Camino al crimen (1951), una comedia junto a Juan Carlos Altavista; a las 15.30 será el turno de El televisor (1962), con Ubaldo Martínez; Vacaciones en la Argentina (1968) se emitirá a las 16.25; por último, a las 24 cierra Disputas en la cama (1972), en la que Tato compartió cartel con Norman Briski. El plato fuerte llegará a las 18, con “La Argentina de Tato”. Durante seis horas se podrá disfrutar un repaso de los más agudos monólogos y diálogos que Tato realizó desde 1960 hasta 1993, año que abandonó físicamente la TV con “Tato de América”. Aunque los más de los dos mil monólogos que pronunció en vida permitan tenerlo siempre cerca de una Argentina que supo retratar como pocos.