EL MUNDO › JOSPIN LLAMO A VOTAR CONTRA LA ULTRADERECHA. QUE SE ENDURECE

Cuando Le Pen habla de “campos”

Campos de internación para los inmigrantes ilegales y un tren completamente lleno de ellos como obsequio a Tony Blair fueron algunas de las frases escalofriantes usadas ayer por Jean Marie Le Pen en su lucha por la presidencia francesa. Hoy habrá una gran marcha en contra suyo.

 Por Eduardo Febbro

Jean Marie Le Pen sacó ayer sus cuchillos contra Jacques Chirac al tiempo que, muy a pesar suyo, el primer ministro francés Lionel Jospin salió de su “silencio” para pronunciarse a propósito de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 5 de mayo. Conminado por la dirigencia socialista a declarar públicamente sus “preferencias” de voto pero reacio a dar una consigna luego de que anunciara su retiro definitivo de la vida política, el derrotado candidato envió un comunicado de cuatro líneas llamando a los electores a expresar su “rechazo de la extrema derecha y los peligros que esta representa para nuestro país y quienes viven en él”.
Jospin nunca mencionó el nombre del presidente conservador Jacques Chirac y sólo se limitó a responder lo más brevemente posible a las “presiones amistosas” de los socialistas y la derecha. Cuatro ministros de su gobierno, el líder ecologista Noël Mamère y el portavoz del PS le habían pedido que se manifestara contra Le Pen. La noche del domingo 21 de abril, cuando Lionel Jospin quedó eliminado de la segunda vuelta de las presidenciales por el ultraderechista Le Pen, el jefe de gobierno no había dado ninguna consigna de voto. El líder socialista únicamente declaró que “ver a la extrema derecha representar el 20 por ciento de los votos en nuestro país y a su principal candidato enfrentar al de la derecha en la segunda vuelta es un signo muy preocupante para Francia y nuestra democracia”.
Jean Marie Le Pen atravesó ayer la barrera del sonido acumulando barbaridad tras barbaridad. Desde su barco anclado a orillas del Sena y ornamentado con una inmensa bandera que dice “Le Pen Presidente”, el candidato extremista llamó “al pueblo francés” a la “unión nacional” contra Chirac y presentó la elección del 5 de mayo como el combate “del justiciero contra quien tiene que rendir cuentas a la Justicia” (ya que Chirac aparece implicado en varios casos de corrupción, pero goza de inmunidad por ser presidente). En el curso de una agitada conferencia de prensa ofrecida ayer por la mañana, Le Pen calificó al “Frente Popular” que Chirac está “montando” como un método “para salvarse y escapar de los jueces que lo están esperando”. Legitimado por las urnas, el dirigente está cultivando su electorado en el terreno que más frutos le aporta: el del desorden, el miedo, el caos. Refiriéndose al primer ministro británico Tony Blair, que había juzgado sus ideas “repugnantes”, el candidato presidencial de la ultraderecha le prometió “un tren especial lleno de inmigrados”. A este respecto, Le Pen removió las memorias más siniestras del pasado proponiendo que se utilicen “campos de internación” para inmigrados clandestinos. Cuando se le preguntó acerca de la similitud de esos campos con el de Drancy –de allí partían los judíos de Francia hacia los crematorios de Hitler–, Le Pen respondió que “esa teoría se llama Hitlerum ad nausean”, frase en latín que significa “Hitler hasta la náusea”.
Lo que no deja ninguna ambigüedad es su política inmigratoria: para él, legales o no, los inmigrados son todos expulsables, sus derechos inexistentes frente al de los franceses y las posibilidades de integración imposible. Por ejemplo, para los inmigrados legales pero sin trabajo, Le Pen preconiza pura y simplemente la expulsión, previo paso por un “campo especial”. En una entrevista publicada este viernes, el jefe de la ultraderecha declara: “El fascismo y el nazismo son hijos de la Revolución Francesa, movimientos de izquierda, es decir, ante todo socialistas. Mussolini fue un diputado socialista antes de convertirse en el fundadordel fascismo, y el Partido Nacional Socialista alemán era un partido proletario. Es decir, lo más distinto a nosotros”. La ultraderecha francesa no ha descuidado ningún detalle de su campaña y, esta vez, renunció explícitamente a los mitines electorales para concentrar sus misiles en los grandes medios de comunicación. Contrariamente a Chirac y a fin de evitar incidentes y multiplicar el impacto nacional, todas las apariciones de Le Pen no se hacen en las tribunas sino en la radio y la televisión.
Hoy será una jornada de precalentamiento con una multitud de manifestaciones anti Le Pen organizadas en toda Francia con vistas a preparar la gran protesta del 1º de mayo. Unas 60 organizaciones convocaron para hoy a una “jornada de movilización ciudadana y republicana” con múltiples adhesiones: MRAP (Movimiento contra el Racismo y para la Amistad entre los Pueblos, la Liga de Derechos Humanos, SOS Racismo, Attac, la CGT, el Sindicato de la Magistratura, el Partido Comunista, el Partido Ecologista y hasta los trotskistas. El gran miedo que cunde en los medios políticos son los inevitables desórdenes, sobre todo el 1º de mayo: ese día, Le Pen y sus seguidores celebran su marcha en el mismo momento en que casi todo un país sale a oponerse a sus ideas.

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Jean Marie Le Pen: legales o no, los inmigrados son todos expulsables.
 
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