SOCIEDAD › RECORTES A UN PLAN PARA EVITAR QUE PERSONAS MAYORES VIVAN EN LA CALLE

Calvario para abuelos pobres

Se trata de un plan de subsidios para que adultos mayores puedan afrontar un alquiler o una pensión. En la Defensoría del Pueblo ya hay más de 50 denuncias por demoras o falta de pago. No aceptan a nuevos beneficiarios.

“Hace un montón de meses que nos pagan con atraso”, se queja un anciano de unos 70 y pocos años, con el pelo canoso achatado con agua para atrás y bien arreglado. Se acercó al Hogar Rawson (avenida Amancio Alcorta 1402, Constitución) para cobrar un subsidio de 500 pesos que le otorga mensualmente el gobierno porteño para pagar una habitación. Un empleado del establecimiento, un cuarentón de barba candado encanecida, se acerca al viejo. “Ojo vos con los decís, eh, tené cuidado, ¿no te ibas, ya?”, lo amenaza, llevando su dedo índice al pómulo izquierdo. El hombre se retiró sin el cheque del mes. Volverá a insistir. Depende de ese dinero para no vivir en la calle. Beneficiarios del programa Vivir en Casa denuncian que cobran los cheques con demora o directamente no los cobran, y como consecuencia están en riesgo de vivir en la calle, aunque muchos ya están durmiendo a la intemperie. En la Defensoría del Pueblo porteño ya se acumulan más de 50 denuncias.

Cecilia, de 76, alquila una habitación en el Hogar Dorrego de Flores. Recibe un beneficio de 290 pesos para pagar poder pagar los 330 de alquiler, que el próximo mes aumentará a 350. Ella también llegó al Rawson para cobrar el subsidio. El día anterior había llamado para confirmar si al fin cobraría “ese dinero que es tan poco”, pero que la ayuda a sobrevivir, confía Cecilia. “Todos los meses hay atrasos, porque (Mauricio) Macri no quiere que los pobres estén en la ciudad, nos discrimina”, conjetura la mujer.

Beatriz, una pensionista de más de 60 años, se acercó al Rawson para consultar por el subsidio. Una compañera de la pensión le contó sobre el programa. “Me acerqué a averiguar cómo podía hacer para cobrarlo también, pero me dijeron que no estaban anotando más, que no hay más partidas”, relató la mujer a la salida del hogar, deteriorado por los años y la falta de mantenimiento, mientras muchas moscas revoloteaban alrededor de ese pabellón administrativo.

El programa Vivir en Casa fue creado el año pasado durante la gestión de Jorge Telerman. Surgió con el objetivo de “desinstitucionalizar a los adultos mayores de 60 años que viven en asilos o geriátricos y estén en condiciones de vivir solos. Contempla una cobertura del PAMI y la visita de un asistente gerontológico para que los acompañe”, explicó a PáginaI12 Gabriela Cerruti, diputada del Frente para la Victoria, ex ministra de Desarrollo Social durante aquella gestión. El programa fue creado a través del decreto 211/07 del Ministerio de Desarrollo Social de la ciudad. Así, la resolución creó el Programa de Otorgamiento de Subsidios Alternativos a la Institucionalización.

Los beneficios duran dos años, renovables si los postulantes continúan en situación de riesgo social o con problemas para el acceso a una vivienda. Pueden ser utilizados para rentar una habitación o “destinarlos a gastos de expensas, servicios de la vivienda”. La iniciativa depende de la Subsecretaría de la Tercera Edad, a cargo de Alfredo Agulleiro, ex colaborador del macrista Santiago de Estrada. PáginaI12 intentó comunicarse con funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social para saber su versión, pero no obtuvo respuesta. Para Cerruti, “Macri está tercerizando los programas de tercera edad, niñez y mujer mediante convenios con ONG. Y los programas que no terceriza, los deja de lado”.

Según la Defensoría del Pueblo porteño, más de 50 personas mayores de 60 años denunciaron irregularidades en la entrega del beneficio. Como consecuencia, la mayoría ya quedó en la calle, sin sus posesiones. Además, sus problemas se complicaron, puesto que si tienen entre 60 y 65 años no disponen de camas en los geriátricos, que reciben personas de 65 años como mínimo, ni en los albergues. Esto es así porque en junio el gobierno de Macri subió la edad mínima para ingresar a los paradores. Así, las personas sin dinero de 60 a 65 no tienen dónde pasar la noche.

“Muchos lo cobraron y luego se les interrumpió. Otros esperan de tres a cinco meses y no les dan los cheques”, señaló a este diario Eugenio Semino, ombusdman porteño de la Tercera Edad. En la Defensoría, además, notaron que las demoras ya venían ocurriendo desde la gestión de Telerman.

“No entregan los subsidios y tampoco aceptan nuevas postulaciones o reducen el monto de la ayuda”, detalló Semino. Las respuestas no son satisfactorias ante los reclamos. “Muchos realizaron el trámite y sus postulaciones quedan en lista de espera por lapsos muy prolongados. Hay personas que lo solicitaron el año pasado y aún no les respondieron”, amplió el ombusdman. Según reclamos realizados por la Defensoría, en la Secretaría de la Tercera Edad responden que “la aceptación de las solicitudes no los obliga a responder, y además no tienen partidas para pagar más subsidios.”

Informe: Esteban Vera.

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Los beneficiarios deben ir varias veces al Hogar Rawson antes de cobrar cada subsidio.
Imagen: Carolina Camps
 
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