SOCIEDAD › CUATRO CONDENADOS Y CINCO ABSUELTOS POR EL JOVEN CORRENTINO SECUESTRADO EN 2003

Las penas del caso Schaerer

El tribunal oral fijó penas de entre 12 y 25 años para los acusados de secuestrar al joven correntino. Fue capturado en 2003 y nunca apareció. Entre los absueltos hay un policía. La madre no quedó conforme con el fallo.

En el segundo juicio realizado en Corrientes por el secuestro del joven Cristian Schaerer, ocurrido el 21 de septiembre de 2003, fueron condenados a 25 años de prisión Cristian Carro Córdoba, sindicado como uno de los jefes de la banda, y Raúl “Caniche” Salgán, mientras que recibieron penas de 16 años Gonzalo “Paragüita” Acosta, y de 12 años Claudio Cornelli Belén. Los otros cinco imputados fueron absueltos, incluyendo el policía federal Miguel Angel Ramírez, que estaba imputado de haberles avisado a los secuestradores que la fuerza iba a realizar un allanamiento en la casa en la que se cree que mantenían cautivo al joven. Pompeya Gómez, la madre del chico Schaerer, manifestó su disconformidad con el fallo: “No tengo bronca, tengo dolor porque no estoy conforme con la sentencia”. Lamentó las absoluciones, sobre todo la del policía Ramírez, de quien dijo que por su culpa “hoy no puedo tener a mi hijo conmigo”. Luego de dos juicios orales, todavía no se pudo establecer cuál es el paradero del joven, que está desaparecido desde el día del secuestro.

Además del sargento Miguel Angel Ramírez, fueron absueltos los hermanos Oscar y Sergio Salgán, hijos de “Caniche”, su esposa María Esther Sudó y un hijo de ella, Jorge Gabriel Sudó. En la sala, el único que aplaudió el fallo fue el condenado Raúl Salgán, líder de la banda de Los Caniches, quien se abrazó con sus hijos absueltos y con su compañera.

La madre de la víctima estuvo presente en la audiencia, acompañada por su hijo Gastón Schaerer. El abogado de la familia, Ernesto González, cuestionó que el tribunal haya decidido condenas sólo por “secuestro agravado” y que no haya contemplado los cargos por asociación ilícita y uso de armas de fuego. “Tampoco compartimos las absoluciones. Todos ellos tuvieron responsabilidad, pero lamentablemente quedaron en libertad.”

El abogado querellante sólo estuvo de acuerdo con las penas aplicadas a Carro Córdoba y Raúl Salgán. El fiscal de la causa, Oscar Resoagli, había pedido penas para todos los imputados, en algunos casos de hasta 40 años de prisión. Eso solicitó para Carro Córdoba, ya condenado por otros secuestros extorsivos (ver aparte). El abogado Jorge Barboza, que defendió a todas las personas que resultaron absueltas, consideró que eso estuvo de acuerdo con lo que surgió en el debate, dado que a su entender “quedó demostrado que no tenían ninguna responsabilidad y, por esa razón, el fallo se ajustó a derecho en el caso de ellos”.

Este fue el segundo juicio y estuvo a cargo de un tribunal integrado por los jueces Lucrecia Rojas de Badaró, Fermín Ceroleni e Isidoro Sassón. El estudiante universitario Cristian Schaerer fue secuestrado la noche del 21 de septiembre de 2003, cuando descendía de su auto Mercedes Benz para abrir el portón del garaje de su casa, en el barrio Las Tejas, a sólo quince cuadras del microcentro de la ciudad de Corrientes.

La investigación determinó que Schaerer estuvo secuestrado en al menos tres lugares: la localidad de Saladas, a 100 kilómetros de la capital provincial; la ciudad fronteriza correntina de Paso de los Libres y su vecina brasileña de Uruguayana. Dos meses después de su captura, la madre de Cristian pagó un rescate de 277.000 dólares en Ciudad del Este, Paraguay, pero Cristian nunca fue liberado y se desconoce su paradero.

En su alegato final, el fiscal Resoagli consideró probado que la banda capturó a Cristian porque falló en su intento de secuestrar seis meses antes, en Paraguay, a su padre, Juan Pedro Schaerer, acusado de siete casos de corrupción cuando era funcionario del gobierno provincial de Raúl Romero Feris. El fiscal había solicitado 40 años de cárcel para Carro Córdoba; 35 para Acosta y 38 para “Caniche” Salgán y sus hijos. Para el policía Ramírez había requerido de 30 años, igual que para Cornelli Belén y Sudó, para cuyo hijo pidió ocho años.

En el primer juicio, que finalizó el 14 de junio de 2007, fueron condenados a 25 años de prisión el abogado Angel Barbieri y Néstor Barczuck, mientras que le aplicaron ocho años de cárcel a Judith Alvarenga, novia de Barbieri, y absolvieron a Pamela Ramos, pareja de Barczuck. En relación con el caso, todavía están prófugos Rodolfo “El Ruso” Lorhman y José Horacio “Potrillo” Maidana, considerados los cabecillas de la banda junto con Carro Córdoba.

“No tengo bronca, nunca la tuve, tengo dolor”, dijo Pompeya Gómez, la madre de Cristian Schaerer, luego de escuchar la sentencia. “Aunque no esté de acuerdo, acepto la decisión de la Justicia y ahora tengo que seguir adelante”, declaró la mujer, en alusión a que todavía hay prófugos y a la falta de esclarecimiento sobre lo sucedió con su hijo. Pompeya Gómez no pierde las esperanzas de averiguar qué pasó con él y sigue creyendo que “alguno de ellos”, por los siete condenados que hasta ahora tuvo el caso, guarda todavía bajo llave el peor de los secretos.

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El principal condenado fue Cristian Carro Córdoba, sindicado como uno de los jefes de la banda.
 
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