A última hora de ayer, cuando todo hacía prever que la medida de fuerza de los choferes de larga distancia continuaría hasta hoy, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) suspendió el paro por el cual, desde las 18, se habían detenido los servicios en todo el país. Fue un alivio para los miles de pasajeros que se habían concentrado en la Terminal de Retiro, en su gran mayoría, con motivo del inicio de sus vacaciones de invierno. En medio de un escenario colapsado, los viajeros abordaron los micros en los andenes pero también en las calles adyacentes a la estación.

Desde las 10 de la mañana hasta pasadas las nueve de la noche, el titular de UTA, Roberto Fernández, empresarios del sector y representantes del Ministerio de Trabajo negociaban en dependencias de la cartera el porcentaje de aumento, y si se consideraría remunerativo un monto que la cámara se había comprometido a abonar.

Durante la tarde, hubo acuerdo en torno del aumento del 22 por ciento; el debate sobre el carácter remunerativo impidió el cierre completo de las negociaciones. Al caer la noche, explicó a este diario el vocero de UTA, Mario Calegari, el ministro Carlos Tomada intervino en la reunión y destrabó la situación, postergando el fin de la negociación hasta principios de la semana. “Nos pidió que retomáramos las tareas en aras de la paz social; vamos a terminar de negociar el martes. Por consideración con las más de diez mil personas que esperaban en Retiro, levantamos la medida”, informó Calegari en diálogo con Página/12.

El “principio de acuerdo” negociado por la UTA, explicó el vocero, implica un aumento del 23 por ciento para los choferes de larga distancia. “Que la suma de 700 pesos otorgada desde el verano sea considerada remunerativa es la discusión que tenemos pendiente. El sector empresario no quiere y nosotros lo exigimos. Para nosotros, la única forma de firmar el acuerdo es que eso sea considerado remunerativo.” El debate gira en torno de 700 pesos que la cámara se había comprometido a abonar “a cuenta de futuros aumentos”.

Al caer la noche, el ministro Tomada intervino en la reunión que los representantes del ministerio a su cargo mantenían con la cámara empresaria y los representantes sindicales. A los representantes de los choferes, explicó Calegari, Tomada les pidió “que tuviéramos esa muestra de confianza en la negociación y que destrabáramos la situación. Que había mucha gente en la Terminal de Retiro, más de diez mil personas, y que por eso nos pedía que dejáramos sin efecto la medida por hoy (por ayer) en aras de la paz social”. Los representantes de UTA acordaron. Al cierre de esta edición, los pasajeros de los distintos servicios de larga distancia, que desde las seis de la tarde se habían amontonado en Retiro, comenzaban a abordar los ómnibus dentro de la estación pero también en los alrededores.

El martes próximo, el Ministerio de Trabajo “va a dilucidar si va a homologar el acuerdo como remunerativo o no remunerativo”, explicó el vocero de la UTA.

La reunión de los representantes del gremio con los empresarios del sector en el Ministerio de Trabajo había comenzado a la mañana. Pese a que al caer la tarde había sido anunciado el levantamiento de la medida de fuerza, entrada la noche fuentes de la UTA confirmaron a este diario que “en toda la República Argentina” no operaban micros de larga distancia, y que de la Terminal de Retiro no había salido ninguno desde las seis de la tarde.

Las boleterías del lugar, además, se encontraban cerradas. Inicialmente, la UTA había anunciado que la medida de fuerza comenzaría a medianoche.