SOCIEDAD › FAMILIARES DE UN JOVEN MUERTO AGREDIERON A LOS MéDICOS DE LA GUARDIA

Una batahola en el Fiorito

Cincuenta familiares y amigos de un joven motociclista que murió atropellado por un vehículo atacaron a los médicos de la guardia y trataron de agredir al conductor, internado. Luego apedrearon los autos del playón. Paro de médicos.

Un escándalo de proporciones se desató en el Hospital Fiorito, de Avellaneda, ayer por la mañana, luego de que un joven motociclista muriera atropellado por el conductor de un vehículo. Al enterarse en la guardia, sus familiares se lanzaron contra los médicos e intentaron atacar al conductor, que había sido internado en el mismo hospital. La agresión motivó que los médicos se atrincheraran durante al menos cuatro horas en oficinas, hasta la intervención policial. La jefa de la guardia presentó una denuncia penal. Luego llegó el ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, que dispuso medidas de refuerzo (hay dudas de que hubiera policías en el momento). El miércoles próximo, según anunció la Cicop, el sindicato que nuclea a los médicos y profesionales de la salud de la provincia, realizará un paro desde las 10 de la mañana.

Alrededor de las seis de la mañana de ayer, un joven que se trasladaba en moto por la bajada del puente Nicolás Avellaneda fue atropellado por un automovilista. Según el relato de María Teresa Sosa –secretaria gremial de Cicop del hospital–, el joven falleció en el ingreso al hospital, mientras que la otra persona fue internada en la sala de terapia intensiva. En el momento en el que personal del Fiorito pretendía informar a la familia del chico que había muerto, se desató la violencia en los pasillos de la guardia. “Los familiares enloquecieron y amenazaron a los médicos, que se terminaron encerrando. Literalmente estaban atrincherados en la guardia. Cuando creyeron que la situación se había calmado, salieron para llamar a la madre y ahí los entraron a atacar a patadas, además querían ir a buscar al que lo había atropellado”, contó Sosa.

Alberto Castañeda, jefe de guardia nocturna, aseguró que “más de cincuenta personas” se agolparon en los jardines y pasillos por la calle Belgrano. La batahola continuó fuera del hospital, donde los familiares, enardecidos, arrojaron piedras a los vehículos del playón. Se calmó recién después de cuatro horas. “Los médicos tenemos miedo. Los que estamos en las guardias tenemos la sensación continua de que en algún momento nos van a matar a alguno.” Los médicos contaron que el llamado a personal policial fue realizado cerca de las seis, sin embargo, “recién fueron a las 9.30, porque decían que no era la comisaría 3ª la que tenía que hacerse cargo, nadie quería ir”, se quejó la delegada gremial. “La policía llegó cuando los médicos hablaron en los medios”, denunció. El jefe de la Departamental de Lanús, de apellido Perillo, obviamente desmintió: “Nada que ver, había personal contratado por el ministerio”.

“No hay posibilidad de prevenir, por eso pedimos que haya personal policial y de vigilancia privada”, dijo Sosa y reclamó que “no hay una política como para abordar un tema tan grande como el de la violencia”.

En respuesta a esa demanda, Collia se reunió con Perillo y representantes gremiales para elaborar un plan de contingencia para el hospital, y el martes se reunirán con la coordinadora del Programa de Prevención y Asistencia Médico-Legal en Salud Pública, Cecilia Pozzo, para implementar políticas para detectar, corregir y prevenir la violencia externa. Como medida urgente, el funcionario dispuso “el refuerzo de la vigilancia policial en el acceso a la guardia y también en el ingreso a la sala de espera de ese servicio”.

El ministro fue criticado por los médicos porque “minimizó” los hechos cuando habló con la prensa: “Hubo una sumatoria de hechos en la presencia de familiares que generó un desborde que los médicos pudieron controlar”, dijo Collia. Respecto del paro anunciado por Cicop, se cumplirá en los 77 hospitales bonaerenses y la comisión directiva del Fiorito realizará una conferencia de prensa. “Pedimos entrevistas con el ministro de Seguridad (Ricardo Casal) y en las tres oportunidades no tuvimos respuesta alguna”, apuntaron desde la asociación sindical.

Por la tarde el servicio de guardia del Fiorito ya estaba reestablecido. Mientras tanto, en la comisaría 1ª de Avellaneda algunos de los enfermeros prestaban declaración sobre lo sucedido. “En este momento se están iniciando actuaciones por la denuncia que hizo la doctora Cobos. Ella dijo haber visto personas armadas, pero por ahora las demás no mencionaron eso, pero el fiscal Mario Prieto –UFI descentralizada Nº 2 de Avellaneda– lo tiene que verificar a través de las cámaras”, informó a este diario Carlos Alberto Perillo, jefe de la departamental Lanús.

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Al Fiorito llegó el ministro de Salud, Alejandro Collia, para calmar los ánimos y pedir más guardia.
Imagen: Télam
 
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