SOCIEDAD › ENCUENTRAN RESTOS DE 55 CHICOS EN EL PREDIO DE UN REFORMATORIO DE ESTADOS UNIDOS

Una escuela de terror en la Florida

Una institución que funcionó desde 1900 hasta 2011 recibió históricas denuncias por malos tratos y abusos contra los niños y adolescentes internados allí. Ahora, antropólogos descubrieron enterrados los restos de 55 cuerpos. Y creen que hay muchos más.

La oscura historia del antiguo reformatorio de la ciudad norteamericana de Marianna, en el estado de Florida, comienza a salir a la luz. Un equipo de antropólogos encontró los restos de 55 adolescentes y niños en los predios de la institución, que funcionó entre 1900 y 2011. El hallazgo se registró en el marco de una investigación encabezada por la Justicia estadounidense luego de varias denuncias de maltratos y abusos que se cometían en el reformatorio. Los expertos, que seguirán excavando hasta agosto próximo, advierten que podrían encontrar más cadáveres.

El reformatorio se inauguró el 1º de enero de 1900, cuando aún no existían las prisiones estatales en Florida. Allí iban a parar los jóvenes y niños de entre 6 y 18 años con condenas penales por robo o lesiones. También los chicos acusados de ausentismo escolar y los huérfanos de los estados sureños de Florida, Georgia y Carolina del Sur eran internados en la antigua escuela para varones Marianna, luego rebautizada Arthur G. Dozier, en honor a uno de sus ex directores. Ante la falta de prisiones, el reformatorio era en realidad un campo de trabajo donde sometían a castigos físicos, confinamiento, palizas y segregación racial a los internados. La peor parte la soportaban los chicos negros, que debían trabajar en cultivos de madera, algodón y hortalizas de la escuela y además los cedían como mano de obra en granjas del pueblo. En 30 de junio de 2011, el reformatorio fue clausurado por problemas financieros.

Tras innumerables denuncias de castigos y malos tratos, el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida cruzó datos, recabó testimonios y estimó que podía haber más de 80 niños desaparecidos y enterrados en las 560 hectáreas que abarca la institución. La Justicia encargó al Laboratorio de Antropología Forense de la Universidad de South Florida una investigación más profunda que comenzó en el cementerio, ubicado en el área reservada para los estudiantes negros, donde el radar de prospección indicaba que podría haber entre 40 y 50 cuerpos enterrados. Los forenses cavaron durante tres meses en el cementerio, que tenía oficialmente 31 cuerpos enterrados: los de 29 internados y dos empleados. Hasta ahora, los expertos encontraron los restos de 55 cadáveres y creen que si siguen excavando hallarán otros tantos.

“Encontramos muchos más cuerpos de los que esperábamos. Al final, conseguimos restos de 55 niños. ¿Quiénes son los demás chicos? ¿Por qué nadie sabía de ellos? Durante los próximos meses nos dedicaremos a encontrar sus identidades, quiénes fueron y cómo murieron. Eran muy chiquitos, el más pequeño tenía 6 años”, dijo el antropólogo Christian Wells, miembro del equipo investigador, que trabaja junto a un centenar de especialistas y voluntarios. “Desde el principio esto ha sido una larga batalla con el Estado porque nadie sabía qué autoridad debía encargarse. ¿Era un caso médico? ¿Un caso forense? ¿Un caso arqueológico? No está muy claro quién puede ser responsable de todo esto”, agregó el antropólogo.

La mayoría de las muertes registradas en el reformatorio fueron atribuidas a neumonías, inmersión, un incendio, accidentes y homicidios nunca aclarados y, hasta su cierre, había sólo 31 tumbas, identificadas con cruces blancas de metal. Una de las primeras acciones legales contra el Estado la planteó Glen Varnadoe, para recuperar los restos de su tío Thomas, que murió de neumonía a los 13 años, el 26 de octubre de 1934, cuatro semanas después de ser internado en ese reformatorio acusado de “violación maliciosa” de la propiedad. Junto a Glen, familiares de otros once antiguos internos muertos o desaparecidos han entregado muestras de ADN para que sean comparadas con las de los restos hallados hasta ahora.

La fiscal general de Florida, Pamela Jo Bondi, logró un presupuesto de varios miles de dólares para que los antropólogos sigan cavando, hasta agosto de este año, y realicen pruebas genéticas de lo que encuentren. “Sabemos que han ocurrido atrocidades” en la institución, “desde principios de 1900. Estas familias necesitan conclusiones. Lo justo es que podamos identificar a sus seres queridos y entregarles sus restos”, dijo la fiscal.

Varios ex alumnos de los años ’50 y ’60 denunciaron que sufrieron palizas y abusos y ahora se sospecha que algunos pupilos fueron asesinados, como podrían confirmar los hallazgos. Erin Kimmerle, la antropóloga forense que dirige la investigación, estimó que todos los cuerpos fueron enterrados entre 1920 y principios de 1950, algunos debajo de caminos o árboles. Los investigadores de la Universidad del Sur de Florida creen que el número de cuerpos encontrados podría aumentar si continúan las excavaciones. Por su parte, los restos fueron enviados al University of North Texas Center for Human Identification para tratar de determinar la causa de las muertes.

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El equipo de antropólogos trabaja en el marco de una investigación encarada por la Justicia del estado de Florida.
Imagen: Corbis
 
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