SOCIEDAD › EL MOTORMAN MARCOS CóRDOBA ASEGURó QUE INTENTó FRENAR EL TREN QUE AL FINAL CHOCó EN ONCE

El maquinista dijo que hizo lo posible

El motorman declaró en el juicio por la tragedia de Once. No respondió preguntas y les pidió a los familiares de las víctimas que le creyeran. Dijo que “no fui a ningún corso y la noche anterior descansé bien”. El tribunal rechazó las nulidades pedidas por los defensores.

“Quiero decirles a los familiares que hice todo lo posible por frenar ese tren. Les pido que por favor me crean.” Después de hacer un repaso detallado, estación por estación, del recorrido del tren que conducía y que el 22 de febrero de 2012 se estrelló contra el andén dos de la terminal de Once, el motorman Marcos Córdoba dirigió las palabras finales de su alegato a los familiares de las 51 personas fallecidas y de los más de 700 heridos. Córdoba, el primero de los 29 imputados que habló ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2 que los está juzgando, aseguró que su idea ese día fue la de “frenar manualmente porque no estaba borracho ni drogado, señoría. No fui a ningún corso y la noche anterior descansé bien”. Córdoba, que había hablado con serenidad, en este punto del relato subió el tono de voz y su respiración se aceleró: “Comencé a desesperarme cuando vi que me acercaba a la estación y al aplicar el freno no sentí el sonido de la válvula. Al ver que no podía hacer nada tiré la emergencia”, pero el impacto contra el paragolpes de la estación Once fue inevitable.

Córdoba, que hizo su relato y se negó a responder preguntas, había esperado una hora, sentado en el banquillo de los acusados junto con su abogada, Valeria Corbacho, que llegaran los jueces para abrir el debate. Luego, durante veinte minutos, escuchó al secretario del tribunal leer el rechazo a todas las impugnaciones presentadas por los abogados defensores (ver aparte), hasta que finalmente le llegó el turno para hablar.

Al término de la audiencia, en la escalinata de los tribunales federales de Comodoro Py, el abogado Gregorio Dalbon hizo su análisis sobre lo declarado por el maquinista: “Creo que las causas del accidente quedaron esclarecidas, porque lo que declaró Córdoba es autoincriminatorio”, pues “lo que hizo fue admitir que había perdido el dominio de la formación” que conducía.

Córdoba, de 27 años, hijo de un maquinista, comenzó recordando que había tomado el control de la máquina a doscientos metros de la estación Castelar. Durante cerca de media hora relató con serenidad su paso por las estaciones Ramos Mejía, Ciudadela, Liniers, Villa Luro, Floresta, Flores y Caballito. Dijo que al salir de esta última estación se encendió por un momento la señal de precaución y que, cuando se apagó, siguió con su rutina sin problemas. Aumentó un punto la velocidad, luego sacó la aceleración, tocó bocina y entró en Once. Puso la marcha “en neutro” y se preparó para frenar el convoy en forma manual.

Luego de remarcar que estaba bien físicamente, admitió que comenzó a desesperarse cuando vio que se acercaba al final del andén de la estación “y al aplicar el freno no sentí el sonido de la válvula. Al ver que no podía hacer nada tiré la emergencia”. En este momento de su relato, Córdoba perdió la calma y dijo muy nervioso: “Vi que no podía hacer nada y por instinto me agarro de la manija de freno y aceleración. Lo único que esperaba era el impacto. En los últimos dos metros me levanto y ahí me golpeo la cara”.

A continuación señaló que el audio con la emergencia que dice haber transmitido “no salió, yo sé que la radio andaba, escuché cuando el control decía ‘corten la corriente en andén dos’, y ahí veo pasajeros al costado, al lado mío, veo que vienen los bomberos”. En ese punto Córdoba hablaba nervioso, con voz temblorosa. “Quiero decirles a los familiares que crean en mí porque yo frené, hice todo lo posible por frenar ese día. Hice todo lo que estuvo a mi alcance, les pido que por favor me crean.” El maquinista está imputado por el delito de “descarrilamiento culposo agravado por muerte”.

A la salida de los tribunales de Comodoro Py, el abogado Gregorio Dalbon, a cargo de la querella que reúne a un mayor número de víctimas fatales y sobrevivientes, hizo su personal interpretación de los dichos de Córdoba.

“Córdoba dijo ante el tribunal que puso el freno en neutro y que iba a frenar, pero no dice que frenó. La jurisprudencia internacional nos enseñó que nunca se debe perder el dominio del vehículo y Córdoba perdió el dominio de la formación.” Por eso consideró que “habida cuenta de esta incriminación (él interpretó que el maquinista se autoincriminó, aunque Córdoba dijo que no fue su culpa) entendemos que el hecho basal, que es saber quién es el responsable de las muertes, se ha esclarecido con la autoincriminación” del motorman.

Dalbon también interpretó que Córdoba hizo “un pedido de disculpas a los familiares de las víctimas”, cuando en realidad lo que hizo fue pedirles que le creyeran. El abogado querellante insistió en que “ese pedido de disculpas ha dejado en evidencia su exclusiva responsabilidad, porque nadie pide disculpas por algo que no hizo”. Fue más lejos cuando aseguró que “la tragedia de Once acaba de ser esclarecida para que la gente sepa quién es el responsable penal y para que se deje de politizar el tema. Si Córdoba hubiera sido diligente y hubiera frenado, el accidente no habría ocurrido”.

La audiencia tuvo momentos de tensión entre querellantes y defensores. En un momento dado, Dalbon pidió al presidente del tribunal, Jorge Tassara, que no le permitiera a Corbacho, la defensora de Córdoba, hacer interrupciones en medio del debate. Esto se debió a que Corbacho le dijo varias veces a Dalbon “no sea maleducado”, reprochándole palabras duras contra el maquinista. Tassara tuvo que llamar al orden a las dos partes: “Va a ser un debate muy largo y estresante, les pido que mantengan la compostura para que esto no se haga tedioso”.

En el juicio están acusadas 29 personas, entre ellas los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y los empresarios de TBA Mario, Roque y Sergio Cirigliano. La audiencia pasó a cuarto intermedio hasta el próximo lunes, cuando seguirán teniendo la oportunidad de hacer su descargo los demás procesados.

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“Al ver que no podía hacer nada tiré la emergencia”, dijo Marcos Córdoba (adelante, izq.) ante el tribunal que juzga la tragedia de Once.
Imagen: DyN
 
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