SOCIEDAD › EL PRIMER CASO DE GATILLO FACIL EN UN JUICIO POR JURADOS TERMINO EN CONDENA

Veredicto unánime de culpable

El juicio se desarrolló en Neuquén durante tres días. El jurado, compuesto por seis mujeres y seis hombres, votó en forma unánime por la culpabilidad del ex policía Héctor Méndez en la muerte del joven Matías Casas. La deliberación demoró tres horas.

El primer juicio por jurados de un caso de gatillo fácil concluyó ayer con el veredicto de culpabilidad votado en forma unánime. Se realizó en Neuquén y tuvo como acusado al ex policía Héctor Méndez, quien disparó y provocó la muerte del adolescente de 19 años Matías Casas. El veredicto es inapelable. Ahora se deberá aguardar la condena que será establecida por el juez que dirigió el juicio. El crimen ocurrió durante la madrugada del 22 de julio de 2012, en una plaza del barrio Cuenca XV, de la ciudad de Neuquén, y a fines del año pasado se había iniciado el juicio por jurados, que fue suspendido porque el defensor del policía, Carlos Ronda, desistió de seguir asistiendo al acusado, pero luego que fue convocado un nuevo juicio, Ronda reasumió.

El 22 de julio, Matías Casas se encontraba con su novia en la calle 1º de Enero, en el barrio Cuenca XV de Neuquén, cuando el entonces oficial de la policía neuquina, Héctor Méndez, se acercó a la pareja y preguntó: “¿Quién es Matías, vos sos Matías? Yo te voy a dar a vos...”, y extrajo su arma reglamentaria de la cintura y disparó. El proyectil impactó entre ambos adolescentes. Matías, en ese momento, logró subir a su moto, pero Méndez disparó tres veces más. Dos de los proyectiles dieron en la espalda del chico quien cayó desplomado luego de avanzar unos metros, hasta una esquina donde un taxista intentó socorrerlo y fue rodeado en instantes por patrulleros de la comisaría 18. Al rato, Méndez apareció por el lugar junto a su hijo, con el que aparentemente había discutido Casas, se presentó ante uno de los uniformados que cerraba el ingreso a la escena, se acercó a Casas y empezó a patear su cuerpo hasta que sus colegas lo apartaron.

El juicio por jurados finalmente inició el 20 de mayo y finalizó ayer. Al inicio de la primera audiencia, la jueza María Gagliano, a cargo de la dirección del juicio, dio las instrucciones al jurado y explicó los pasos del juicio. Luego, acusación y defensa manifestaron sus objetivos a alcanzar en el juicio. La defensa insistió en que Méndez no había actuado como policía, sino como padre y vecino de un barrio. La acusación, en cambio, imprimió volumen a la idea de que utilizó su arma reglamentaria, y con la preparación policial para mantener su control y aseguraron que fue dispuesto a matarlo. Luego declaró como testigo la novia de Matías, quien confirmó que se trató de Méndez quien disparó su arma contra el adolescente. Otra testigo, una vecina, aseguró haber visto a Méndez cuando le pateaba la cabeza a Casas mientras estaba en el piso y ya había recibido el disparo.

Durante la segunda audiencia, el miércoles 21, el perito Enrique Prueger indicó que uno de los disparos que impactó en la espalda del adolescente fue realizado a menos de un metro y medio de distancia.

Más tarde, uno de los testigos aportados por la defensa fue el hijo de Méndez, quien declaró que durante la madrugada se cruzó con Matías Casas y la novia en una esquina del barrio y aseguró que el joven le mostró un arma y le dijo que estaba buscando a su hermano. El testigo declaró que se asustó mucho, y le contó a su madre, relato que fue escuchado por Méndez. Dijo que el padre salió a buscar a Casas y que él fue tras su padre en el auto de un vecino, pero que dijo que lo encontró cuando “ya había pasado todo”. “¿Qué quisiste decir con que ‘ya había pasado todo’?”, le preguntó el fiscal. “Mi papá había tenido algo, en un momento de adrenalina”, respondió.

Ayer, Méndez aceptó declarar ante el jurado. Dijo que no recordaba haber disparado su arma contra el adolescente. Aseguró haber creído que Casas estaba armado. “Me tiré al piso. No recuerdo haber disparado. Había tomado mucho”, declaró. En su alegato, el fiscal Pablo Vignaroli sostuvo que Méndez disparó con clara intención de matar, que usó el arma reglamentaria y que sabía lo que hacía. Los abogados de la querella, Ivana Dal Bianco y Mariano Pedrero, igual que Vignaroli, pidieron al jurado un veredicto de culpabilidad.

Del lado de la defensa, Carlos Ronda hizo hincapié en que el chico estaba armado (aunque nunca se probó), que Méndez no tiró a matar y que nunca fue probada la intención homicida. Finalmente pidió un veredicto de no culpabilidad. El reclamo de los familiares del chico obligaron a la jueza Gagliano a ordenar que el público se retirara y se continuó a puertas cerradas.

El jurado, tal como lo prevé el nuevo Código Procesal Penal de Neuquén, puesto en vigencia a partir de mediados de enero de este año, fue constituido por doce miembros, la mitad de cada género, y tal como lo señala el inciso 6 del artículo 168, quedó conformado con al menos la mitad perteneciente al mismo entorno social y cultural del imputado, con personas mayores, adultas y jóvenes. Así, quedó compuesto, por el lado femenino por cuatro amas de casa, dos de 24 años, una de 35 y otra de 49; una comerciante de 38 y una docente jubilada de 59. Por el lado masculino, un repartidor y un cocinero, ambos de 24, dos empleados de 28 y 39; un chofer de 44 y un albañil de 57.

En la audiencia de ayer, una vez finalizados los alegatos, el jurado se reunió en un cuarto a puertas cerradas, y evaluó durante unas tres horas su veredicto. Al salir, entregaron a la jueza el resultado de la votación: consideraron por unanimidad a Méndez culpable de la muerte de Matías Casas. Ahora la jueza deberá asentar la calificación del delito y definir la condena.

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Héctor Méndez, durante una de las audiencias, pasa junto a uno de los familiares de Matías.
Imagen: Gentileza Matías Subat / Fuera del expediente
 
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