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Como en Navidad, la crisis y el corralito bancario causaron un paradojal efecto positivo en la cantidad de heridos por el uso de pirotecnia y el descorche de bebidas espumantes. Salvo en el Hospital Lagleyze de Oftalmología, donde la cantidad de heridos fue similar a la del año pasado, en el Hospital de Quemados y en el Santa Lucía las cifras fueron sensiblemente inferiores: 104 contra 144. Sin embargo, entre el 31 y el 1º la gente se animó más a los fuegos artificiales sin demostrar mucho aprendizaje: “Respecto a esta Navidad, los pacientes presentaron heridas más graves”, coincidieron los jefes de guardia de los tres hospitales.
“Habrán usado pirotecnia con mayor poder explosivo”, hipotetizó Estela Del Pozo, jefa de guardia del Hospital Santa Lucía de Oftalmología, donde entre la noche del lunes y la tarde de ayer se atendió a 60 pacientes, un 40 por ciento menos que hace un año. “Tuvimos cinco casos que requirieron intervención quirúrgica”, comentó Del Pozo, quien agregó que “los dos más graves fueron por estallido de globo y por una herida penetrante bilateral”. La doctora detalló: “En el primer caso el paciente perdió el ojo y en el segundo, aún no se sabe. En ambos, las heridas fueron provocadas por el mal uso de pirotecnia”.
Otro dato llamativo fue el del aumento relativo del número de varones heridos. Analía Aloisio, cirujana plástica a cargo de la guardia del Hospital de Quemados, especificó a Página/12 que “sobre 55 personas atendidas, alrededor de dos tercios fueron de sexo masculino, en su mayoría adultos”. “A pesar de que en general la cantidad de pacientes fue menor, presentaron en promedio mayor gravedad. Incluso a dos de ellos, de 17 y 30 años, tuvimos que amputarles varios dedos de las manos”, comentó Aloisio. El paciente más grave que ingresó al centro asistencial fue un chico de 10 años trasladado desde el Hospital de Morón, quien “presentó quemaduras de segundo grado en casi todo el cuerpo”. “El niño encontró cuatro balas, las desarmó y luego desparramó la pólvora sobre el fuego, lo que le ocasionó quemaduras en casi todo el cuerpo”, comentó un enfermero de la guardia.
Por su parte, la cantidad de heridos en el Lagleyze por pirotecnia y corchazos fue de 38 y 5, respectivamente. Según comentó a este diario Sebastián Kurlot, jefe de guardia del instituto oftalmológico: “En la mayoría de los casos, los pacientes presentaron hemorragias oculares internas, por lo que deberán hacer reposo y controlar la presión de sus ojos”. Sin embargo, no faltaron heridos de importancia en el nosocomio: “Hubo dos casos de estallido de ojo en los cuales debimos practicar cirugía, en uno de ellos para extraer el ojo”, informó Kurlot.
Enrique Weissenbock, enfermero del hospital que realizó la guardia durante la noche del 31, aseguró que “la mayoría de los pacientes atendidos en esta oportunidad fueron menores de edad”, lo que muestra que “no hay prevención de parte de los padres, ya que dejan que los chicos manipulen pirotecnia sin la presencia de una persona mayor”.