EL PAíS › REPORTAJE A JOSE MANUEL DE LA SOTA

“No se pueden cobrar los servicios en moneda dura”

Hablando de la devaluación sin nombrarla, el gobernador de Córdoba dijo que los pagos a los empleados y el cobro de los servicios públicos deben realizarse en la misma moneda. Criticó el “pacto entre políticos”.

 Por Martín Piqué

Quería elecciones, y no las tuvo. Tuvo que soportar las críticas de Adolfo Rodríguez Saá desde la cadena nacional. Y ayer al mediodía comprobó desde el Consejo Federal de Inversiones (CFI) que se estaba gestando un acuerdo en torno de Eduardo Duhalde, que incluía también a Carlos Ruckauf, al radicalismo y a sectores del Frepaso. José Manuel de la Sota había jugado sus cartas, y la partida, al menos por ahora, le era desfavorable. A pesar de los contratiempos, intentó frenar lo que luego calificó como “pacto de partidos”. Pero ante la consistencia de los números, que indicaban que el PJ bonaerense lograba un amplio consenso, el cordobés se resignó a postergar sus ambiciones hasta las próximas elecciones.
Ayer a la tarde, en una entrevista con Página/12, De la Sota empezó a mostrar cuáles serán sus próximos movimientos: recorrer el país, generar un polo de poder por dentro y fuera del PJ y ganarse la “confianza de todos los argentinos”. Y aprovechó para cargar discretamente contra Ruckauf, uno de sus rivales dentro del peronismo. “Ruckauf cambió de posición, pedía que se convocara a elecciones y de repente dijo que no. Yo no he cambiado, porque yo creo en la gente. Cuando pido elecciones no las pido según cómo me da la encuesta”, se defendió.
–¿Cómo analiza la decisión mayoritaria de la Asamblea Legislativa que resolvió nombrar a Eduardo Duhalde como presidente hasta el año 2003?
–Aquí hay un pacto de partidos, es un pacto de partidos donde está el radicalismo, donde participó parte del justicialismo, el Frente Grande y algunos partidos provinciales. Entonces, frente al hecho de que los legisladores han decidido elegir un Presidente hasta el 2003, no voy a obstruir. Voy a acompañar. Porque si uno sólo acompaña cuando la democracia le da la razón, entonces la democracia es puramente formal. Hoy la mayoría se decidió por no votar y elegir un Presidente entre un pacto de políticos. De todas formas, este es un gobierno que va a tener ministros de distintos partidos.
–Mencionó varias veces la frase “pacto entre políticos”. ¿Está criticando la forma en que asumió el presidente Eduardo Duhalde?
–No tiene un sentido despectivo, por favor, tiene un sentido descriptivo. Aquí ha habido un pacto entre el radicalismo, el Frente Grande y el justicialismo de la provincia de Buenos Aires, que después convalidaron los gobernadores. Por eso digo que estamos ante un pacto entre políticos.
–¿Qué es lo primero que habría que hacer en este momento?
–Firmar la paz entre los argentinos. Y esa paz se logra firmando un pacto social. Porque hoy lo más escaso que hay en el mercado es la confianza. Recuperar la confianza es firmar un pacto social. Para lograr eso es que yo pienso dedicar la mayor parte de mi tiempo –además del que necesite para gobernar la provincia de Córdoba– a recorrer el país, para conocer los problemas, escuchar a la gente, saber lo que piensa.
–Ya está en campaña para el 2003.
–Estoy preparándome para presentarme en el 2003.
–¿En qué se diferencia usted del presidente Eduardo Duhalde?
–A mí no me gusta nunca señalar diferencias. Cada uno es cada uno, con su personalidad y sus ideas. Yo, con el doctor Duhalde, he tenido acuerdos, acompañándolo como candidato a presidente en la campaña de 1999 que perdió ante De la Rúa. Y también he tenido desacuerdos. Cuando yo integraba la fórmula con Antonio Cafiero competimos en la interna del justicialismo. Pero marcar diferencias hoy, cuando la Argentina está en cesación de pagos y el Gobierno no tiene plata ni siquiera para pagar los sueldos de sus empleados, no es conveniente.
–Más allá de las diferencias políticas que acaba de mencionar, ¿cuáles son las diferencias económicas que tiene con Duhalde? Porque se sabe que usted expresa un proyecto económico diferente al del bonaerense.
–Cuando yo sea candidato a Presidente y haya elecciones a la vista, diré qué modelo de país quiero. Lo importante ahora es ayudar al gobiernode Duhalde. Mi propuesta de país la haré cuando tengamos las elecciones a la vista. De cualquier forma, tenemos equipos que están trabajando y tenemos un programa que lo hubiéramos puesto a consideración de la gente.
–El suyo parece el discurso de un candidato a presidente.
–Un candidato que ya no es candidato porque no hay elecciones.
–Usted dice que hay que “recuperar la confianza”. ¿Se consideraba un candidato más confiable para los grupos económicos?
–Yo quisiera ser un candidato confiable, pero no soy candidato de un grupo. A mí no me interesan los grupos ni los sectores, pero los valoro como parte de la comunidad cuando expresan intereses concretos. Yo no me asusto cuando me siento delante de alguien y sé a qué intereses representa. En cambio, sí me asusto cuando me siento delante de alguien y no sé a qué intereses representa. Los grupos existen, no hay que negarlos. –Ya que hablamos de grupos económicos, ¿piensa que las empresas privatizadas deben seguir cobrando los servicios con tarifas dolarizadas?
–Si por una decisión del Gobierno, a los argentinos que trabajan se les pagara en una moneda blanda que no tuviera garantía de la Convertibilidad, sería muy grave que a los trabajadores se les pagara en una moneda blanda y los servicios se les cobraran en una moneda dura, como el dólar. El próximo gobierno va a tener que decidir quién paga la factura de los últimos años en la Argentina. Hay que tener cuidado. O lo pagarán los que trabajan o lo pagarán los que especulan.
–A usted se lo identifica con las ideas económicas que impulsa el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, uno de los blancos predilectos del cacerolazo. Y formalizó una alianza con el cavallismo en la elección de gobernador de Córdoba.
–Al doctor Johnson, que fue el candidato a presidente de Cavallo, lo invitamos a formar parte del Gobierno como secretario de derechos humanos. El es uno de los 19 que nos ha acompañado en Unión por Córdoba, donde la base es el justicialismo, y luego están la Democracia Cristiana y el partido Nuevo Movimiento, el partido Acción para el Cambio y el partido Acción Popular.
–¿Cómo tomó los dichos de Adolfo Rodríguez Saá, quien en cadena nacional lo acusó de “priorizar la interna peronista” a las necesidades del país?
–A mí Rodríguez Saá me ha imputado mi consecuencia, que es defender el derecho a que el pueblo argentino elija sus autoridades. Yo no he hecho más que cumplir con lo que era mi ideario, que la gente se exprese a través de elecciones.
–¿Qué piensa de la decisión de Carlos Ruckauf, quien en un primer momento reclamaba elecciones y ahora apoya a Duhalde hasta el 2003?
–Ruckauf cambió de posición, pedía que se convocara a elecciones y de repente dijo que no. Yo no he cambiado, porque yo creo en la gente. Cuando yo pido elecciones no las pido según cómo me da la encuesta. Las pedí cada vez que quería presentarme. El hecho de que yo siempre reclame elecciones no significa –como dicen algunos– que De la Sota quiere ser Presidente. Yo dije que quería ser candidato a presidente para poder mostrar mis ideas. Siempre he pedido elecciones. En Córdoba, cuando los políticos decían que iban a aceptar la reforma política, yo mandé un proyecto para eliminar la mitad de los legisladores. Y entonces, todos los que decían que apoyaban votaron en contra. ¿Qué hice? Convoqué a un plebiscito.
–¿Cómo cree que serán los primeros tiempos del gobierno de Duhalde?
–Hoy no puedo predecir nada. Todavía no se ha discutido con nosotros. Y el doctor Duhalde me ha dicho que el equipo de economistas lo anunciará el viernes. Recién en ese momento yo podría opinar al respecto...
–¿Qué haría usted si fuera Presidente?
–No lo soy. Pero haría muchas cosas.
–Muchos piensan que usted es el presidenciable del PJ que quedó más deteriorado por los últimos acontecimientos: era uno de los pocos quereclamaba elecciones en marzo y sin embargo la Asamblea Legislativa eligió un Presidente hasta el 2003.
–No, creo que hay mayoría de gobernadores que piensan que lo mejor era votar en marzo. Pero aquí indudablemente ha habido un acuerdo de partidos que ha alcanzado el número de electores necesario para eso. De cualquier forma, nosotros nunca hemos obstruido. Yo nunca actúo pensando en situaciones internas o posicionamiento personal. Yo actúo de acuerdo a lo que pienso, y yo sigo pensando a favor de la elección anticipada en marzo. Y no sólo yo. También los diputados de Córdoba, y el presidente del bloque, Humberto Roggero, que piensan que lo mejor es votar.
–¿Qué deberá hacer el gobierno de Duhalde con el corralito bancario? ¿Y quién pagará el costo del debacle financiero, los depositantes o los banqueros?
–Los depositantes son ahorristas argentinos que tienen dinero en blanco, que pagan sus impuestos y no pueden ser de ninguna manera defraudados. Se les debe garantizar la devolución de sus ahorros en la moneda en la cual efectuaron su inversión, y para eso yo propongo la constitución de un fondo de garantía, integrado por los patrimonios de los bancos: las hipotecas y las prendas que garantizan los préstamos, los inmuebles y todos los activos de las instituciones bancarias. Ese fondo serviría para respaldar todos los depósitos de los ahorristas en las condiciones que ellos contrataron. Si se defrauda a quienes confiaron en el país se estaría cometiendo un accionar irresponsable y peligroso.

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