SOCIEDAD › LA MODA DE CASARSE Y HACER LA FIESTA AL MEDIODIA Y AL AIRE LIBRE

Los novios saludarán en el parque

Cada vez más parejas eligen casarse de día. Y en lo posible al aire libre. Las bodas en quintas y estancias ganan adeptos por ser más desacartonadas. También para buscar mayor seguridad.

Lluvias de pétalos de flores en lugar de lentejuelas y brillos. Una mayor sensación de libertad, un ambiente más desestructurado y con aroma a asado. Y si el clima acompaña, el valor agregado puede estar en un chapuzón en la pileta. Estos suelen ser los argumentos más tentadores para las parejas que eligen celebrar su casamiento, con festejo incluido, de día y en un lugar abierto. Una tendencia que viene en crecimiento sostenido, especialmente en los grupos sociales de clase media alta, al punto de que se multiplicó la oferta de quintas y estancias destinadas a este tipo de celebraciones. Pero hay otro argumento que tiene tanto o más peso que los anteriores: la inseguridad y el miedo a salir de noche, sensaciones que también vienen en aumento. Estas fiestas no son lo que comúnmente se denomina “populares”: una celebración para cien personas puede costar entre 10.000 y 50.000 pesos, según lo lujosa que sea. De todos modos, la tendencia incluye casamientos más accesibles, también de día, pero en salones de la Capital.
“Los fotógrafos, por ejemplo, no quieren salir a la noche a sacar fotos con las parejas como solían hacerlo después de la iglesia, porque hay muchos robos. Ahora, las fotos se hacen de día o dentro de la fiesta. Por eso, los casamientos que se hacen al mediodía son percibidos como más seguros”, afirma Adriana Marino, de la Asociación de Organizadores de Fiestas, Reuniones Empresariales y Proveedores de la República Argentina (Aofrep).
Esta, sin embargo, no es la única razón para su expansión: la idea de un festejo más desacartonado, menos ceremonioso y cargado de mayor naturalidad –al menos en apariencia– tuerce la decisión de numerosas parejas. La organizadora de bodas Valeria Lagna Fietta señala que “en los últimos cinco años comenzó la moda de los casamientos al mediodía. Por un lado, la gente se cansó de encerrarse en un salón, porque tampoco se hicieron muchos salones nuevos. Además, cambió el estilo de vida: la onda country y natural ganó espacio. Esto también se trasladó a los casamientos”.
El incremento de números de parejas que se inclinan por el día para colocarse la alianza también se trasladó al ámbito educativo. La coordinadora de la carrera de Organización de Eventos de la Universidad de Palermo, María Rosa Dominici, asegura que los casamientos de día figuran cada vez más en los trabajos que llevan a cabo los alumnos. “Tenemos una materia de eventos en la que los alumnos eligen una fiesta para organizar. Y la opción de los casamientos de día aparece cada vez con mayor frecuencia desde hace unos cinco años”, indicó Dominici.
En estos enlaces “se disfruta todo mucho más y son más vistosos”, coinciden Silvina Calderón y Verónica Bonasina, quienes optaron por casarse a la luz del día. “Siempre me encantó la idea de un lugar abierto porque la gente la pasa mejor”, expresó Silvana, quien eligió una quinta para el que, según definió, fue su “gran día”. Los invitados, además, “aguantan más el día y en mejor estado”, sostuvo. Verónica, quien se colocó la alianza en marzo pasado, señaló que “no me cabe duda de que de día se disfruta más. Además, el estilo de festejo permite que la gente vaya vestida como quiera. No estaban preocupados por lo que tenían que ponerse”.
Horacio Lago, docente de la carrera de organización de eventos en un centro de estudios terciarios, también señala que “los enlaces de día ganaron protagonismo en los trabajos prácticos”. Según asegura, la inseguridad provocó un gran crecimiento de los eventos sociales de día, porque “mucha gente no quiere salir de noche”. “Hace diez años que doy clases y, desde hace cinco, hago mucho hincapié en estos casamientos.” “A los estudiantes les gustan los eventos a la luz del día porque les da mayor posibilidad de creatividad y es algo más nuevo”, detalla Dominici. Incluso, comenzaron a multiplicarse las clases que giran en torno de la organización de un casamiento de día.
El hecho de casarse y realizar la fiesta en el mismo lugar fue una de las “ventajas” que inclinó la decisión de Silvana. “En algunas fiestas, incluso, hay pileta”, enfatizó. Nunca faltan los comentarios poscasamientos que reparten críticas a la comida por lo escasa, lo rebuscada o lo poca sabrosa. Pero esto parece no ocurrir en las bodas al mediodía, porque “el asado le gusta a todo el mundo”, explicó Silvana.
La temporada “alta” de las bodas de día va de septiembre a diciembre, y aumenta nuevamente entre febrero y abril. Es que, según señala el organizador de eventos Horacio Anache, “el 95 por ciento de los casos son al aire libre”. Sólo una pequeña minoría opta por los salones para casamientos de día. Y el frío de invierno resulta poco favorable para este tipo de festejos, de manera que cuando las temperaturas comienzan a aumentar, las fiestas al mediodía se multiplican.
Según Ana Fontela, responsable de una empresa de catering, “el 75 por ciento de las contrataciones que recibimos son para eventos de día”. “A partir de 2001 tuvimos un fuerte incremento de trabajo”, señala Liliana Schvindt, representante de ventas de una estancia ubicada al norte del conurbano. La ejecutiva explica que las bodas de día se realizan viernes, sábados y domingo. Esta última es la opción más barata, mientras que los sábados es la alternativa más cara. Sin embargo, este último es el día más elegido para las uniones realizadas bajo el sol, sostiene Schvindt.
Silvia Amarante, dueña de una empresa de producción de eventos, apunta que “generalmente, la gente que elige casarse al mediodía trabaja y pasa la mayor parte del tiempo de su vida en lugares cerrados. Es una forma de escaparle a la rutina”. De todos modos, aclara que “es costoso hacer una boda de día realmente bien, previendo la posibilidad de que llueva o de que haga mucho calor”. Los propietarios de empresas especializadas en organización de eventos coinciden en que una fiesta de casamiento al aire libre, “con todo incluido”, puede costar desde 100 a 500 pesos por invitado, de acuerdo con la cantidad de lujo que se elija.
El organizador de eventos Horacio Anache cuenta que con los casamientos de día, por lo general, se ahorra en bebidas, “ya que a la noche se toma más”, aunque suele ocurrir lo contrario con la comida. Daniel Mateo, otro organizador de eventos, considera que en las fiestas de día “también se pueden abaratar costos con las vestimentas, porque son más sencillas y, por lo tanto, menos costosas”. Lagna Fietta sostiene que “la gente quiere algo distinto y, en comparación, los salones modernos, que pueden tener algo diferente, son más caros que las quintas”.
Mateo también resaltó que este tipo de festejos “se comparte mejor con los chicos porque en las fiestas de noche los nenes se duermen y no tienen tanta libertad como en un lugar abierto”. Los ritos más tradicionales de los casamientos –las cintas, la liga de la novia, el ramo y el eterno vals– parecen estar en franca decadencia en este tipo de festejos, señalan algunos organizadores. Es que en las bodas de día se suprimen, muchas veces, estos ritos en pos de la espontaneidad y la naturalidad que se aspira a alcanzar.
“Hay menos glamour de día, sumado a que cada vez más parejas, y sobre todo a los hombres, no les interesan tanto los ritos que puede haber a la noche”, considera Adriana Marino. La organizadora también resalta que “no existen cifras sobre el número de casamientos de mediodía”, por lo que la cámara que agrupa al sector analiza la posibilidad de iniciar un estudio que refleje el panorama actual del área.
Anache manifiesta que uno de los iniciadores de las fiestas al mediodía, por su tradición, son las familias judías. Ahora, en cambio, esta elección ganó terreno entre un espectro más amplio de parejas. “Algo distinto.” Esta se vislumbra como la clave de lo que buscan las parejas que se casan al aire libre, bajo la luz del día. Una menor esquematización, un mayor margen para la creatividad y una etiqueta menos rigurosa parecen no sólo sostener, sino también fortalecer a esta alternativa que presenta el tradicional rito del casamiento.

Informe: Maricel Seeger.

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