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Condenaron a los narcobonaerenses que atentaron contra el juez

Dos policías fueron condenados a cuatro años y seis meses de prisión por haber protegido a una banda de narcotraficantes en 2001, cuando los dos acusados estaban al frente de la comisaría de la localidad bonaerense de Chivilcoy. El caso tuvo gravedad institucional porque el juez federal de Mercedes, Héctor Echave, a cargo de la investigación, tuvo que dejar la causa, tras sufrir tres atentados. Los policías condenados por el Tribunal Oral Federal 5 de San Martín son el comisario Eduardo Luis De Paoli y el subcomisario Pedro Juan Muo, hoy exonerados de la fuerza. Muo tiene que afrontar otro juicio en una causa conexa porque el mismo tribunal dio por acreditado que el subcomisario, para impedir la detención del cabecilla de la banda que protegía, montó un falso procedimiento en el que hizo pasar a un adicto como supuesto vendedor de drogas en Chivilcoy.
En el juicio también fue condenado a un año de prisión Gustavo Andrés Gatti, por tenencia injustificada de estupefacientes. De todos modos, por el tiempo que pasó en prisión, Gatti ya recuperó la libertad. El tribunal, integrado por Marcelo Díaz Cabral, Julio Horacio Reynoso y Alfredo Ruiz Paz, absolvió por falta de pruebas a un tercer policía, el oficial José María Beherán, quien se desempeñaba como jefe de calle de la comisaría de Chivilcoy. A pesar de la condena a los policías cómplices de la banda, no pudieron ser juzgados y ahora se encuentran prófugos los dos presuntos cabecillas de banda de narcos de Chivilcoy, Cristian Jesús Clavero, alias “El Gordo”, y su pareja, la dominicana Claribel Giménez Matías, conocida como “Estefanía”.
La falta de pena para Clavero y su mujer es una mancha para el Poder Judicial, ya que los nombrados estuvieron dos años en la cárcel sin que se iniciara el juicio, motivo por el cual recuperaron la libertad al cesar el auto de prisión preventiva. Después, aunque habían fijado domicilio en la ciudad de Mar del Plata, nunca se presentaron al debate y la policía nunca pudo dar con su paradero. El caso se inició en 2001, cuando un testigo de identidad reservada se presentó ante el juez federal Echave y denunció que en un prostíbulo sobre la ruta 5, en Chivilcoy, se vendían drogas y que los narcos gozaban de la protección de la comisaría local, en ese momento a cargo de De Paoli y Muo.
El juez intervino las líneas telefónicas particulares de los imputados y la de la comisaría. El contenido de las charlas entre los policías y Clavero fue suficiente para que en septiembre de 2001 el juez Echave ordenara una serie de detenciones. Las escuchas fueron clave para que durante el juicio los camaristas dieran por acreditada la connivencia en la venta de droga entre la comisaría y el prostíbulo que regenteaba la mujer de nacionalidad dominicana. De las escuchas surgió que el 24 de julio de 2001 personal de la comisaría de Chivilcoy armó un procedimiento en el que se detuvo a un patovica adicto a las drogas, Carlos Soleil De Vida. A él lo presentaron como el supuesto principal vendedor de drogas de Chivilcoy. De esa manera protegieron a Clavero. Todo lo contrario ocurrió con el juez Echave, al que intentaron matar dos veces, además de tratar de robarle el expediente. Eso lo llevó a dejar el caso.

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Los condenados estaban a cargo de la comisaría de Chivilcoy y lograron, en 2001, que un juez dejara el caso por sus amenazas.
 
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