SOCIEDAD

El bombardero espacial, listo para otra misión

La nave que lanzó el misil contra el cometa Tempel 1 pasó de largo, con lo que la NASA analiza usarla para otra observación. Podría ser otro cometa, al que llegaría en tres años y medio.

Por Alicia Rivera*
Desde Madrid

La nave Deep Impact 1 no se ha quedado en órbita alrededor del cometa Tempel 1, sino que ha pasado de largo, aunque seguirá tomando datos durante un tiempo y enviándolos a la Tierra. En principio, la misión concluye el 3 de agosto, pero los especialistas de Jet Propulsion Laboratory (JPL), el instituto de Caltech (California) que realiza la mayoría de las misiones de exploración planetaria de la NASA, incluida ésta, no descartan la posibilidad de prolongarla. También la empresa que ha construido para la agencia espacial la nave y el proyectil (Civil Space System for Ball Aerospace & Technologies) estudia aprovechar el ingenio en otro objetivo.
La cuestión fundamental es saber si la Deep Impact 1 sigue en buen estado tras el bombardeo de material desprendido del impacto, informa Space.com. Rick Grammier, jefe de la misión, informó el lunes que la nave está en perfecto estado, pero habrá que hacer exámenes exhaustivos de todos los sistemas de a bordo antes de tomar la decisión de enviarla a otro destino. Además, la NASA tendría que aprobar financiación extra.
Para extender la misión, los expertos tantean la posibilidad de dirigir la Deep Impact 1 hacia el cometa Boethin, al que llegaría dentro de tres años y medio. Es un cometa que se aproxima al Sol cada 11 años y que fue descubierto en 1975.
Pese a los días frenéticos que los científicos y los responsables de la misión tienen ante sí ahora, para recibir y procesar los datos de Deep Impact 1 que van llegando, la empresa advierte de que hay que tomar la decisión pronto porque la maniobra para redirigir la nave hacia el nuevo objetivo habría que hacerla antes del 24 de julio próximo.
La nave no lleva otro proyectil en la recámara y una vez disparado el del lunes, la estrategia de observación del cometa Boethin sería diferente de la de Tempel 1.
El investigador principal de la misión, Michael A’Hearn, ha comentado que se planea solicitar propuestas a los científicos incluso para hacer observaciones del sistema solar con la Deep Impact 1 en el posible viaje hacia Boethin. Independientemente de lo que se decida, el futuro de los científicos de la misión está asegurado durante bastante tiempo, ya que tardarán meses o años en analizar todos los datos. “Estamos empezando a trabajar ahora –declaró A’Hearn–. Espero que recibamos tal cantidad de datos que me ocupen hasta que me retire.”
Esta información cometaria fresca se combina con los conocimientos adquiridos por los científicos desde hace años no sólo con observaciones de cometas desde la Tierra, sino también con misiones espaciales. En 1986, una flotilla de naves rusas, japonesas y, sobre todo, la Giotto de la Agencia Europea del Espacio (ESA) salió al encuentro del cometa Halley.
Para el próximo enero se espera la llegada a la Tierra de un contenedor de muestras de partículas tomadas en el coma del cometa Wild 2 que recogió el año pasado la nave Stardust de la NASA. Y en 2014, la Rosetta, de la ESA, debe llegar al cometa Churyímov-Gerasimenko para ponerse en órbita suya y, además, enviar una sonda de descenso al núcleo que permita tomar datos directamente en la superficie.

* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.

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Michael A’Hearn, jefe de la NASA responsable del Deep Impact.
 
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