SOCIEDAD

Un espacio de arte para menores de 18
pero apto para todo público

El festival, que continúa hasta el domingo, incluye pinturas, talleres, teatro, danza, recitales y hasta un lugar para la memoria.

Memoria y arte o arte de la memoria es uno de los ejes conceptuales del espacio abierto para adolescentes en el reciclado Mercado de Dorrego, en el barrio porteño de Colegiales. La propuesta tiene la particularidad de llamarse Sub-18, porque esa es la edad de los artistas expositores, pero es para todos. En ese multiespacio de expresión donde los adolescentes disfrutan de obras propias y ajenas, muchas de las cuales referencian la tragedia de Cromañón, también hay lugar para el aprendizaje a través de un espacio de “Memoria abierta” en el que pueden verse y escucharse textos y testimonios de historiadores y sobrevivientes del terrorismo de Estado en la Argentina.
El predio del mercado se convirtió en una especie de loft adolescente. Sin límites marcados, el lugar está dividido en varios sectores, cada uno para una disciplina distinta. El más amplio de todos es “Montajes”, dedicado a las artes plásticas. Allí se exponen 800 cuadros, dibujos y grabados y 100 esculturas. Rostros con bocas abiertas por gritos que muestran dientes fuertes, cuerpos musculosos, paisajes lúgubres, hombres o mujeres desnudas y solitarias frente a una luna, un sol o un horizonte vacío y la palabra “Callejeros”, son imágenes recurrentes en pinturas y dibujos de trazos anárquicos.
Una de las obras más llamativas es Imagen, una instalación de Ana Clara Holm, de 18 años. Se trata de una cabina del tamaño de una persona y dentro de la cual hay un personaje con forma humana pero neutra, sin colores ni rostro, que tiene un espejo en el pecho y abraza a quien entra entre luces titilantes y música psicodélica.
“La idea nació de la teoría de los espejos de (Sigmund) Freud y (Jacques) Lacan, que dicen que nosotros nos vemos en los demás y los demás nos dan información de quiénes somos”, explicó a Página/12 su autora. Los chicos hacen largas filas para entrar a la obra y dejan su opinión en una bitácora.
La vecina de Imagen es Plegaria para un niño dormido, de Brenda Casanova, un libro que desgrana fragmentos de la canción de Luis Alberto Spinetta en exquisitos grabados. “Me interesan los trabajos con chicos, analizo sus formas y gestos, sobre todo a los chicos de la calle”, contó la artista a este diario.
Las obras seleccionadas son el 30 por ciento de las que se presentaron tras la convocatoria en escuelas porteñas. En el sector de fotografía se exponen 130 imágenes; y en el de historietas, 70 comics creados durante horas libres o materias aburridas. Al lado de éste, el estudio de radio abierta se complementa con una carpa donde un sonidista da explicaciones de cómo usar programas digitales de edición de audio a una platea de 30 jóvenes que lo escuchan como si fuera un maestro oriental. Y en Cyberia, chicos de todas las edades desparramados en puffs navegan a discreción por Internet. Allí se presentó “Memoria abierta” un CD interactivo con material y testimonios sobre el terrorismo de Estado en la Argentina que se entregará en todas las escuelas porteñas.
La actividad es continua y gratuita. En la carpa Sonidos desfilan 12 bandas sub-18 de rock por día; en la de teatro, cinco obras se exponen diariamente y sin repetirse. En el escenario central están previstas 40 presentaciones de danza. El plato fuerte son los recitales de rock que cierran la jornada. Ayer estuvo Kapanga y el domingo a las 18 cierra el grupo Arbol. Al lado del escenario, en el sector “Plaza, circo y hip-hop”, pequeñas siluetas con boxer hasta la cintura y jeans por el medio de sus caderas se contorsionan admirablemente al son de música tecno. Y al costado, un sector con canilla libre para el aerosol y el stencil.
La propuesta es un trabajo conjunto de las secretarías de Cultura y Educación porteñas. Javier Grosman, uno de los responsables de la muestra, notó que “los chicos se apropian de este espacio más de lo calculado”. Y el hecho de que la respuesta de artistas haya sido amplia da muestra de “la necesidad que tenían los adolescentes de tener un espacio; siempre seabrieron espacios culturales para jóvenes y adultos, como si el arte empezara después de los 18 años”.
La muestra está abierta hasta el domingo 24, desde las 14 hasta las 21.

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El predio se convirtió en una especie de loft adolescente.
 
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