SOCIEDAD

Juicio oral pero no público a una patota de “nenes bien” cordobeses

Siete jóvenes de familias reconocidas de la capital provincial empezaron a ser juzgados acusados de haber matado sin motivo a un chico de 16 años. Polémica por el juicio a puertas cerradas.

 Por Camilo Ratti
Desde Córdoba

A puertas cerradas arrancó ayer el juicio por la muerte de Marcos Spedale, un adolescente de 16 años brutalmente golpeado por una patota de “chicos bien” en las primeras horas del 8 de enero de 2005. El hecho, ocurrido en la vereda de una de las avenidas más exclusivas y de mayor poder adquisitivo de la capital cordobesa, tiene como acusados a siete personas, dos mayores y cinco menores de edad, todos de familias de clase media y clase media alta, hijos y conocidos de personas influyentes del ámbito empresario, político y judicial. De ahí que algunos de sus defensores sean abogados muy importantes en el ámbito del derecho, que trabajan para estudios muy prestigiosos, como el caso del que creó el ya fallecido Oscar Roger, ex defensor de Carlos Menem y Germán Kammerath, o José Buteler, otrora defensor de Eduardo Angeloz en el juicio oral y público que se le siguió al ex gobernador de Córdoba hace unos años.

No son los hijos del poder, pero sí de personas influyentes o conocidas en el ámbito político, empresario y judicial de Córdoba. Un dato para nada secundario si se quiere entender el inexplicable asesinato de Marcos Spedale, un adolescente de 16 años muerto a patadones, trompadas y rodillazos el 8 de enero de 2005 a manos de una patota de siete chicos, que lo habrían atacado sin razones aparentes.

Sucedió a las 5.45 de la mañana de un caluroso día de enero, cuando empezaba a aclarar, en la puerta de un conocido restaurante de avenida Rafael Núñez al 4800, una de las zonas más coquetas de la capital provincial. Al frente de los amigos de Marcos y a la vista de algunos testigos que esperaban el colectivo en la parada de enfrente, Ramiro Pelliza, Federico Carranza Rodríguez y otros cinco menores habrían golpeado a Marcos hasta provocarle la muerte, que sucedió minutos después de la golpiza. “Sin mediar palabras, Pelliza lo arrebató pegándole en la nariz y asestándole rodillazos en el cuerpo. Enseguida le suben la remera para maniatarlo, mi hijo cae al piso y ahí, durante cinco o diez minutos, no dejan de pegarle patadones y trompadas hasta la muerte, producto de una bronco aspiración que se produce por la hemorragia de las heridas y la falta de respiración”, contó a este diario Silvina, la madre de Marcos.

Enfurecida porque la primera audiencia del juicio que comenzó ayer se hizo a puertas cerradas, “porque varios de los acusados eran menores al momento del hecho”, Silvina dijo que “los testigos que estaban en la parada de colectivos y que presenciaron toda la paliza sufrida por mi hijo, sostuvieron en sus declaraciones judiciales que a ‘Marcos le pegaban como si fuera una bolsa de basura’”.

El grupo agresor, compuesto por siete personas, dos mayores y cinco menores, forman parte de un bandita de amigos que ya habrían participado de otras peleas en la zona, aunque ninguno tiene antecedentes penales. Sin embargo, Silvina relató a este diario que Pelliza, hijo de una funcionaria de la administración provincial y practicante de artes marciales, habría sido autor de otra golpiza en el mismo lugar donde murió Marcos, unas semanas antes de este trágico episodio. “Además de ese dato, que recogimos preguntando a la gente de la zona, nos enteramos por un chico que se acercó para declarar que esta persona y un grupo de amigos lo había golpeado ferozmente a él en un boliche en agosto del 2004.”

Para la familia Spedale, que desde hace un año y medio pide justicia, “es evidente que la no publicidad de las audiencias tiene que ver con el origen y las relaciones de los agresores” de su hijo. “Carranza es hijo de un ex legislador radical, otro de los menores es hijo de una ayudante de un fiscal provincial, Pelliza tiene mamá funcionaria, otro es hijo de un conocido empresario de supermercados, sólo dos tienen madres que son empleadas domésticas”, enumeró.

Carlos Hairabedian, otro de los abogados defensores de gran prestigio en el medio, dijo a Página/12 que “hoy (por ayer) uno de los dos menores que declaró aceptó haber pegado algunos puntapiés, pero confirmó que mis dos defendidos no participaron de la golpiza”. Las actuaciones continuarán hoy con más testimoniales y, según fuentes judiciales, en quince días podría dictarse el fallo.

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En el juicio están acusados dos mayores y cinco jóvenes que eran menores al momento del hecho.
 
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