SOCIEDAD › DETIENEN EN BRASIL A UN POLICIA BONAERENSE PROFUGO

Gatillo fácil de exportación

Néstor Moroño fue condenado a once años por matar a un chico de 13 años en Gerli. Había escapado a Brasilia y ayer fue encontrado.

 Por Carlos Rodríguez

Cuando se estaba por cumplir un año del final del juicio oral en el que fue condenado a 11 años de prisión por un caso de gatillo fácil, el policía bonaerense Néstor Daniel Moroño, de 38 años, fue detenido en Brasilia, la capital de Brasil, adonde había escapado para evitar la cárcel. “No dispare más que yo no hice nada.” Ese fue el ruego de Leandro Ariel Bazán, de tan sólo 13 años, pidiéndole clemencia a Moroño, que lo confundió con un ladrón el 28 de noviembre de 2001, a las tres de la tarde, en una esquina de la localidad bonaerense de Gerli. El joven fue baleado en el pecho. “Dentro del drama que vivimos, fue una satisfacción muy grande, pero para lograr esta detención tuvimos que luchar mucho, porque la familia y los amigos aportamos muchos datos que nos llevaron hasta el policía prófugo”, le dijeron ayer a Página/12, muy conmocionados, Julio y Ramona Bazán, los padres del chico asesinado.

La fuga de Moroño se produjo en los momentos previos al fallo, que fue leído el 4 de julio de 2006 en la sede del Tribunal Oral 5 de Lomas de Zamora. El policía, que llegó a la audiencia acusado por homicidio culposo y terminó condenado a 11 años de cárcel por homicidio simple, estaba con libertad vigilada. “Después del final del juicio nos reunimos con (el ministro de Seguridad bonaerense, León) Arslanian y allí nos dijo que se había creado un equipo para la búsqueda”, explicó el padre del chico asesinado. “Ya teníamos información de que se había escapado al Uruguay, país en el que nació, con el propósito de fugarse a Brasil. El lunes vamos a tener una audiencia con los integrantes del tribunal, para saber algo más sobre el proceso de extradición, para que cumpla acá su condena.”

Bazán aclaró que hasta anoche no habían recibido “ninguna notificación oficial sobre la detención, pero está corroborada por otros medios”, informó el papá de la víctima. “Para nosotros es muy importante que los medios de comunicación sigan de cerca el caso, para que finalmente se pueda cumplir con la sentencia. Esto recién empieza”, advirtió Bazán.

Javier Raidán, el abogado defensor de Moroño, fue quien notificó al Tribunal Oral 5 que su cliente estaba preso en Brasil, en poder de Interpol. En la única llamada telefónica que tenía derecho a hacer, el policía se comunicó con su abogado, quien afirmó que lo habían apresado como resultado de “tareas de inteligencia realizada por la Interpol de Brasil”. La detención se produjo hace una semana.

El abogado piensa viajar a Brasilia la semana próxima. Su cliente le pidió que tratara de acelerar los trámites de la extradición, porque ahora prefiere estar preso en una cárcel argentina. El suboficial condenado a 11 años de cárcel era seguido por un equipo de la sección Búsqueda de Personas del Ministerio de Seguridad provincial. La cartera de Estado había ofrecido una recompensa de 50 mil pesos. “La noticia es una gran noticia, justo ahora que estábamos muy conmocionados porque iba a cumplirse un año de la sentencia y no teníamos noticias sobre Moroño”, dijeron a este diario los padres del chico asesinado.

Cuando se produjo el crimen, Leandro Ariel Bazán estaba caminando por la esquina de Reconquista y Caxaraville, en Gerli, frente a la casa donde vivía Moroño. El chico llevaba una mochila con útiles escolares. Se dirigía a un cíber, donde iba a realizar una tarea para la escuela. Moroño, franco de servicio y de civil, salió con su pistola reglamentaria para atacar a tres ladrones que intentaron robar su auto.

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La mamá de Ariel Bazán, el chico asesinado en noviembre de 2001.
 
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