SOCIEDAD › CONTROLES EN EZEIZA A LOS QUE LLEGAN DESDE EL NORTE

Pasajeros rigurosamente vigilados

 Por Emilio Ruchansky

Las primeras caras que vieron ayer los pasajeros del vuelo 1695 proveniente de México DF eran la de unos treinta adolescentes con los ojos delineados de negro, el pelo teñido de negro y ropas negras, para no desentonar. Eran los fans de la banda rock gótico The Erasmus, que canceló su show en ese país por la gripe porcina y se trasladó a Buenos Aires. El puñado de argentinos y mexicanos que aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza lo hizo con su barbijo reglamentario. Antes, según contaron varios de ellos a Página/12, recibieron advertencias de no viajar si sentían fiebre, dolor de garganta o tenían tos en el aeropuerto de México y llenaron un formulario provisto por el Ministerio de Salud argentino en pos de prevenir la epidemia.

“A nosotras la empresa nos dio barbijos, pero al personal de aeropuerto no”, dijo una empleada de World Car, una empresa de remises. La versión fue confirmada por un oficial de la Policía Aeroportuaria Argentina: “Hacen como si no pasara nada, una vergüenza”. Sin embargo, ayer hubo más de diez agentes de la Secretaría de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud nacional repartiendo volantes con información para reconocer los síntomas y prevenir el contagio a los pasajeros que iban o regresaban de Estados Unidos, Canadá y México. Un detalle: estaban escritos solo en castellano.

Las azafatas mexicanas, primeras en salir, se confesaban aliviadas por haber aterrizado y guardado sus “cubrebocas”. “Ya en el aeropuerto de México le avisan a la gente que no se suba al avión si tiene algún síntoma, sea fiebre o los ojos rojos. Hay muchos controles”, dijo Fernanda, mientras una compañera exigía en broma 100 dólares para dar una entrevista. La gripe porcina fue el chiste del día entre los habitués de Ezeiza. Hasta un grupo de chicas que había terminado de limpiar el baño pidió quedar en cuarentena “por las dudas”.

Jéronimo Trejo, uno de los pasajeros del vuelo 1695, contó que en su México natal la gente está asustada y mostraba la tapa del diario El Milenio: “Dan de alta a más 60 por ciento de los 1614 afectados”. El hombre aseguró que la gripe porcina empezó en Estados Unidos, pero por “razones políticas” las miradas están puestas en su país. “Hay elecciones en julio y seguro que algunos políticos buscan sacar provecho del pánico –explicó–. Además está el muro que construyó Estados Unidos en la frontera y ahora con esto lo van a intentar justificar.”

Otros pasajeros, como el argentino José Ricardo Mosti, advertían que en México no hay gente en la calle y andan todos con barbijo. El también llevaba uno colgado del cuello. “Tengo una hija que vive en México y es profesora de patín artístico y hace una semana que le cerraron el club donde trabaja”, agregó Mosti, que se siente a salvo porque no estuvo en contacto “con gente extraña”, solo con su hija y otros familiares. Entre los clásicos carteles usados para contactar pasajeros había uno que decía “Sandra Pánico”, una mujer argentina nacionalizada mexicana que pasó por el hall sin barbijo y con mucha tranquilidad. Los que la pasaron mal fueron los fan de The Erasmus: al cierre de esta edición sus ídolos seguían sin aparecer por el aeropuerto.

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En los mostradores se cuidan por las dudas.
Imagen: Sandra Cartasso
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