A los 52 años, Miguel Angel Iriarte recuerda que su último hogar estable quedaba en Lacarra 1113, en el barrio de Floresta. Allí vivía con su familia hasta que perdió el empleo en el gobierno porteño. Había sido inspector de Medio Ambiente en la década del 90, paradójicamente el área de la cual depende ahora la temida UCEP, que la emprendió a golpes contra él y otras personas en situación de calle en el barrio de San Cristóbal en junio pasado.

Se nota que este hombre locuaz tiene ascendiente sobre quienes lo escuchan, otros indigentes como él. Maneja datos que la mayoría no tiene: “En el parador de Retiro murieron tres personas y dos en la Terminal de Omnibus. Y si cuento los últimos dos meses, en toda la Capital fallecieron como quince. La misma gente del parador me trae los datos todos los días”, cuenta.

Iriarte también precisa que antes de cerrarse, en el Hogar España o Centro de Noche Costanera Sur –ubicado muy cerca de la Fuente de Las Nereidas, de Lola Mora–, “murieron varias personas adentro. Todas por abandono, porque nunca se hacen cargo, ni el gobierno de la ciudad ni las ambulancias. Llegan siempre tarde”. Este hombre muy activo se afirma en sus convicciones: “Me metí en esta lucha porque me hicieron daño a mí y les están haciendo daño a mis compañeros. El movimiento que nosotros tenemos nació por esto y ya tiene seis años”.