SOCIEDAD › LA ALOCADA VIDA DE UN PRINCIPE

Harry, el travieso

“Harry es el travieso”, había dicho la princesa Lady Di años atrás, en relación a su hijo. Y no se equivocaba. El príncipe heredero de la corona británica protagonizó en los últimos tiempos múltiples escándalos vinculados a las drogas y el alcohol, al punto que la conservadora prensa local calificó este año al joven como una “desgracia nacional”.
Las “travesuras” del príncipe Enrique, nacido el 15 de septiembre de 1984, se remontan a comienzos de 2002, cuando admitió haber fumado marihuana y haberse emborrachado en varias ocasiones. Como consecuencia, el príncipe Carlos, su padre, organizó una visita de Harry a un centro de rehabilitación para toxicómanos en el sur de Londres. Y el primer ministro británico, Tony Blair, felicitó públicamente al ex marido de Lady Di por esa actitud. Pero la rehabilitación del joven miembro de la dinastía Windsor –una de las más antiguas del viejo mundo– parece no haber sido muy efectiva.
A principios de 2003, el príncipe fue reprendido por su padre por sus hábitos de consumir marihuana y tomar alcohol en exceso. El reto ocurrió apenas días después de conocerse que el joven mantenía un romance con la modelo inglesa Lauren Pope, que suele aparecer desnuda en diarios sensacionalistas de su país. En febrero de este año, Harry, de 20 años, volvió a ser tapa de los periódicos: fue fotografiado saliendo borracho de la exclusiva discoteca Boujis, en el lujoso barrio londinense South Kensington, junto a unas modelos y a un agente de Scotland Yard.
El viaje de Harry a Africa realizado este año para patrocinar una campaña humanitaria por la lucha contra el sida y los sin techo no logró suavizar su fama. El 21 de octubre último, el segundo hijo de Carlos de Inglaterra y Diana Spencer tuvo un enfrentamiento con varios reporteros gráficos a la salida de un club nocturno londinense. Uno de ellos, incluso, sufrió un corte en el labio. Una semana antes de este episodio, una profesora del colegio lo había acusado de hacer trampa en los exámenes.
Los recientes hechos protagonizados por el príncipe –el tercero en la línea de sucesión al trono– que escandalizaron a la prensa británica causaron la preocupación de la reina Isabel II, aunque la mujer optó por salir a defender a su nieto: “Déjenlo en paz”, pidió.

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