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Jueves, 24 de agosto de 2006

CINE › LOS PROBLEMAS DE TOM CRUISE EN HOLLYWOOD

Misión: despedirse

El fracaso de Misión: Imposible 3, los escándalos y discursos sobre cienciología hicieron que Paramount cesara su vínculo con el actor. Pero no es el único caso de actores en baja.

 Por Rocio Ayuso

Hollywood examina hoy la situación creada tras la confirmación del despido del actor Tom Cruise de Paramount, señal aparente de que los estudios están cansados de los comportamientos excéntricos de sus estrellas y de sus sueldos millonarios. Summer Redstone, presidente de los estudios Paramount y patriarca de la industria del cine, afirmó en The Wall Street Journal que los catorce años de relaciones entre su compañía y el sello de producción de la estrella, Cruise/Wagner, han llegado a su fin. “Su comportamiento reciente es inaceptable”, afirmó Redstone, que tiene 84 años y construyó el tercer conglomerado mediático más importante del país. Sus palabras ponen fin a una productiva alianza entre el estudio y Cruise, que produjo catorce películas (no todas para Paramount) y le dio al conglomerado más que cualquier otra estrella. También fue la más cara, con unos costos cubiertos por Paramount por encima de los 10 millones de dólares anuales, cuatro veces más que los acuerdos de producción de estrellas como Tom Hanks, Brad Pitt o Johnny Depp, entre otros. La estrella más cotizada de Hollywood se aseguraba confortables ingresos, estimados por la revista Forbes en 67 millones de dólares anuales.

Mientras Hollywood se encuentra en una etapa de transformación en la que busca ampliar su margen de ganancias, como lo mostró el anuncio de Disney de suprimir una quinta parte de los puestos de trabajo en su estudio en julio, Paramount –que acaba de adquirir DreamWorks– no puede darse el lujo de perder dinero con Cruise. Por ese motivo, el final de la alianza de producción con Cruise era una noticia esperada. Lo sorprendente han sido las formas, con el presidente del estudio criticando a una de las estrellas más taquilleras de la industria, a quien culpa de los pobres ingresos de su último estreno, Mission: Impossible III. Esa película fue uno de los “tanques” del verano boreal, con un costo de 150 millones de dólares y un acuerdo salarial con Cruise que supuestamente le reportó a éste unos 80 millones de dólares tras cobrar su porcentaje de los ingresos. Sin embargo, Mission: Impossible III tan sólo recaudó 133 millones de dólares en Estados Unidos y no llegó a los 400 millones de dólares en todo el mundo. Según los analistas, la cifra está entre 100 a 150 millones de dólares por debajo de lo esperado.

Ni Redstone ni Paramount quisieron ahondar en las declaraciones a The Wall Street Journal, pero otras fuentes que prefirieron no dar su identidad indicaron hoy que culpan de esta pérdida económica a los excesos públicos del actor, de 44 años, y su proselitismo de la Iglesia de la Cienciología a la que pertenece desde 1990. Cruise ha sido cada vez más abierto en su defensa de la cienciología y llegó a instalar en sus últimos rodajes tiendas informativas para captar adeptos. Además, están sus estrambóticos despliegues amorosos hacia Katie Holmes, la madre de su primera hija biológica, Suri, inusuales en una estrella que hasta ahora protegía celosamente su vida privada. Sin olvidar, claro, el célebre episodio de la placenta: todo esto ha mermado su popularidad, según las encuestas, aunque la revista Forbes aún lo sitúa este año al frente de la lista de los más poderosos en Hollywood.

Cruise fue criticado por su actitud cuando empezó a saltar encima de un sofá en el popular programa televisivo de Oprah Winfrey para profesar su amor hacia su novia Katie Holmes, 17 años menor que él. Además, en plena promoción de la película La guerra de los mundos, de Steven Spielberg, se opuso con virulencia a otro animador de televisión sobre el tema de la psiquiatría, uno de los blancos privilegiados de la Iglesia de la Cienciología. Nadie olvida tampoco su altercado con la actriz Brooke Shields: él la criticó por haber confesado que se medicó para poder superar una depresión postparto. Tras esos episodios, Cruise se convirtió en motivo de burla de la prensa y de los humoristas estadounidenses.

Paula Wagner, la socia de Cruise, afirmó hoy que los comentarios de Redstone son “poco profesionales” y dio otra versión del “despido”. Según ella, hace una semana y media que Cruise/Wagner había decidido establecerse como compañía independiente tras fracasar sus negociaciones con Paramount. Según declaró al periódico Los Angeles Times, la firma cuenta ya con una línea de crédito independiente, aunque no dio más detalles sobre los próximos trabajos del actor.

Pero Cruise no es la única estrella que siente las iras de Hollywood. Mientras él renegociaba su acuerdo con Paramount, otra figura de la industria, Mel Gibson, recibía abiertas amenazas de algunos de los principales jefes de estudio por su comportamiento supuestamente racista y machista cuando fue detenido por conducir ebrio. Lindsay Lohan, la joven estrella conocida por su comportamiento de diva, también recibió en julio una carta de reprimenda de los estudios de producción Morgan Creek por “comportarse como una niña mimada” durante el rodaje de Georgia Rule, en la que trabaja junto a Jane Fonda. Y Jim Carrey, el primer actor que cruzó la barrera de los 20 millones de dólares por película, también vio estos días cancelados sus dos próximos proyectos ante el fracaso de sus últimos estrenos. Una cadena de estrellas en crisis que llega en un momento en el que, como recuerda el analista Gitesh Pandya, de BoxOfficeGuru, “Hollywood ha descubierto que sus estrenos más taquilleros de los últimos años no son los que cuentan con sus mayores nombres”.

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