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Viernes, 20 de noviembre de 2009

¿Cómo vivir con repelentes?

“La aplicación de repelentes de mosquitos que contenga DEET en la piel expuesta y la ropa reduce el riesgo de ser picado por los mosquitos. Se recomienda una concentración de DEET no mayor de 10 por ciento en niños y no mayor de 50 por ciento en adultos. No se aconseja el uso de repelentes en menores de dos meses. También se pueden usar productos que contengan picardin o sustancias naturales como el aceite de eucalipto”, aseguran en la Fundación para la Investigación en Infectología Infantil (Infant).

Mientras que Cecilia Torroija, infectóloga de Pediatría del Sanatorio de los Arcos remarca: “La elección de un repelente debe asegurar la protección contra la picadura de insectos a través de su concentración en la piel y evitar que se evapore rápidamente para no perder su efectividad. la frecuencia y uniformidad de la aplicación, la actividad del niño y su atracción inherente a los insectos, y la cantidad y tipo de insecto, como la transpiración, la ropa, la exposición al agua o al viento también inciden en la efectividad del repelente. Los más eficaces son aquellos a base de DEET en concentraciones que varían entre 20 y 50 por ciento. Es recomendable que el repelente se aplique directamente sobre la piel.”

Pero no es sólo cuestión de apretar el gatillo o restregar la crema “hay que cubrir toda la superficie expuesta y evitar las zonas cercanas a ojos y boca, las áreas de piel lastimada y las manos de los niños pequeños. La protección es de, aproximadamente, entre cuatro y seis horas y, si se utilizan pantallas solares o cremas humectantes, habría que colocarlas antes del repelente”, describe.

“Sudar, transpirar o mojarse puede significar que la protección deba aplicarse con mayor frecuencia”, subraya el técnico químico cosmético Jorge De Cerchi, jefe de producto de Issue, del repelente Villeneuve Jungle. “Los más aconsejables para los chicos son los que tengan máxima tolerancia por piel y mucosa, con ausencia de propiedades tóxicas, alergizantes o sensibilizantes; ya que no debe penetrar, ni dañar la piel”, dice De Cerchi.

¿Qué pasa con los bebés? “Hay algunos repelentes a base de citronella que suelen recomendarse para los más pequeños, particularmente menores de 2 meses, pero su duración de acción es de aproximadamente una hora y luego hay que volver a renovar”, explica la infectóloga Torroija. Ella apunta: “En las casas es recomendable usar insecticidas en aerosol, tabletas termoevaporables o espirales, siempre respetando las indicaciones del fabricante para evitar las intoxicaciones. También se puede colocar una tableta de 12 horas de duración en cada una de las habitaciones o piretrinas en aerosol para el fumigado dentro del hogar y las plantas. Se deben dejar los ambientes abiertos con mosquiteros para su ventilación”.

Ante el miedo, es posible que se produzca alguna intoxicación por exceso de repelente. Torroija apunta qué hacer en estos casos: “El niño puede presentar enrojecimiento de la piel, hinchazón de los párpados, labios y lengua. Ante esta situación, es importante siempre suspender el uso del repelente y consultar con el pediatra. No hay que utilizar medicación casera o cremas”.

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