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Lunes, 2 de abril de 2012

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › UNA COMPETENCIA CON MáS GOLPES DE ESCENA QUE MANIOBRAS EMOCIONANTES

El triunfo fue de Werner, Bueno fue el mejor

 Por Pablo Vignone

Una vuelta y media le duró la punta a Christian Ledesma (Chevrolet), unas 30 a Facundo Ardusso (Peugeot). A ambos los traicionó el mismo drama: una manguerita que provee de presión neumática al sistema “paddle shift” con el que se suben y bajan marchas desde el mismo volante. Las vibraciones de los motores V8, más las ondulaciones de la pista y el inusual calor para la época, conspiraron contra los méritos, en una carrera con más golpes de escena que otras emociones deportivas y que acabó con apenas 15 de los 22 autos que largaron, sólo once con el total de las vueltas. Y eso que se cuidaron mucho en las maniobras...

El equipo Chevrolet cambió ocho mangueritas en sus tres autos durante la carrera. Ledesma terminó 13º, a tres giros y con bronca. A Ardusso se le trabó la caja a seis giros del final, cuando la tercera neutralización de la carrera: no podía subir ni bajar marchas, la manguerita se había derretido literalmente. El piloto de Las Parejas, que acabó décimo (y Peugeot metió sus tres autos entre los diez primeros), por autoridad mereció largamente el triunfo, que finalmente fue a parar a manos de Mariano Werner: el entrerriano perdió el título 2011 en su propia casa, en Paraná, y venía en la cuerda floja con Toyota; pero largó cuarto, y todos los que venían adelante (Ledesma, Ardusso, López) se retrasaron. “Fue la mejor victoria de mi vida. Nunca viví lo de hoy (por ayer) –apuntó–. A Facu no lo acompañó la suerte, y yo en cambio tuve la fortuna de que Toyota me esperara cuando la racha no fue buena.”

Bueno fue, en cambio, lo del carioca Carlos Bueno, la estrella de la carrera, corriendo de menos a más. “Todos los brasileños vienen a Buenos Aires a sacarse fotos con el Obelisco, yo en cambio me llevo uno”, bromeó, mostrando el trofeo que recibió por el segundo puesto final. Pudo haber ganado: estaba a punto de superar a Werner, que ya venía con problemas en la dirección hidráulica, cuando la competencia se neutralizó por tercera vez. “Después Mariano cuidó bastante la cuerda, no tuve chance de pasarlo”, admitió. Fue el segundo podio consecutivo en dos carreras, lo que lo transforma en puntero de un torneo que no correrá por completo. Su compañero Jorge Trebbiani completó el podio con otro Focus del equipo PSG16, ex oficial de Ford: los autos no llevan el óvalo en la trompa, en señal de protesta por la decisión de la marca de no apoyarlos esta temporada. Para destacar también las remontadas de Girolami (Peugeot, de 20º a 4º) y de Risatti (Honda, de 21º a 11º). Flojos los Renault y a Toyota lo salvó el campanazo de Werner.

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Ardusso delante de Werner en la entrada a Diagonal Norte.
Imagen: Alejandro Leiva
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