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Domingo, 21 de julio de 2013

VALE DECIR

Celebrity Splash

De los tantos milagros inesperados que ofrece la tevé, el último tiene tremendos dientes, grandes aletas y, para colmo de males, vuela. No, no es una versión mutante del hombre de acero –léase Superman– sino un film para pantalla chica que salió al aire en Estados Unidos el pasado 10 de julio por la señal SyFy e instantáneamente se volvió una cinta de culto. Instantánea e inexplicablemente, considerando que la película de cine desastre cuenta la historia de un rarísimo tornado cargado de salvajes y hambrientos tiburones que fustiga a los residentes de Los Angeles y de un grupo de valientes dispuestos a hacerles frente de cara al cielo. No llueven hombres, ni ranas; en Sharknado llueven tremendos pescados comehombres dispuestos a destripar todo a su paso.

El éxito (real) del estreno televisivo menos se debe a sus estrellas (el elenco está encabezado por el resucitado Ian Ziering, otrora estrellita adolescente de Beverly Hills 90210, y Tara Reid, la blonda de American Pie) y más a las redes sociales. Es que el 1,4 millón de espectadores norteamericanos que vieron el estreno, patidifusos frente al argumento, iniciaron su derrotero de risas a través de Twitter, volviendo al film trending topic y fenómeno de la semana, con picos de hasta 5 mil tuits por minuto durante las escenas más sabrosas. Como aquella que muestra cómo el héroe es tragado por un tiburón y sobrevive segundos después al abrir al bicho por dentro con una sierra eléctrica (memorable), o la de la piba que se cae de un helicóptero, pero es pescada (y embuchada) al vuelo por uno de los malvados animales en cuestión.

Lo cierto es que a los tuits les sucedieron cantidad de memes y GIFs, y loas de periodistas serios que alabaron el film por ser “demasiado tonto e inverosímil para generar protestas, en tanto su única pretensión es el absurdo” (The Guardian), o lo definieron como “un ritual de sacrificio hecho con buen humor y exuberancia” (New York Magazine). En otras palabras, de tan pero tan mala, gustó, y gustó mucho.

De hecho, tal temperatura alcanzó la fiebre Sharknado que el vicepresidente de la señal Syfy, Thomas Vitale, salió corriendo a avisar que habrá segunda parte, adelantó que se estrenará en 2014 y que los bichos acuáticos dejarán a Los Angeles en paz: Nueva York sería su próxima víctima. Y, aprovechando la ola, agregó: “De vez en cuando existe una tormenta perfecta en la televisión. Los fans piden secuela. Quizás hagamos una precuela. Lo que garantizamos es que será muy entretenida. Anunciaremos más detalles pronto, pero no queremos que nuestros seguidores se preocupen por no tener más aletas de tiburón”.

Mientras tientan a Johnny Depp para protagonizar la segunda parte (en serio), los corporativos de SyFy aprovechan la ráfaga viral y disfrazan una estrategia marketinera como agradecimiento a los fans, dándoles la posibilidad de elegir el nombre de la secuela a través de un concurso vía Twitter. De momento, algunas de las sugerencias del público han sido Sharknado 2: Electric Boogaloo, Sharknado 2: Sharks and the City (Tiburones y la ciudad) y Sharknado 2: Taking a Bite out of the Big Apple (Dándole un mordisco a la Gran Manzana). Bien podría proponerse La quimera de oro, que le iría como anillo al dedo, de no ser porque ya está tomado.

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