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Lunes, 23 de enero de 2006

SANTA FE › PROVINCIA Y MUNICIPIO DEBEN ADAPTARSE A LA NUEVA LEGISLACION

Ocaso de los "hogares de huérfanos"

Los niños pasan a ser "sujetos" al derogarse
la ley vigente desde 1919. El Estado tiene
obligación de garantizarles el bienestar.

 Por Sonia Tessa

La nueva ley de infancia vigente desde noviembre en todo el país obligará a Rosario, y también a la provincia de Santa Fe, a adecuar su infraestructura y programas de gobierno. Es que la celebrada normativa que terminó con el patronato dejará sin efecto las instituciones de internación de niños desamparados para requerir otro tipo de abordajes de problemas como la pobreza, el trabajo infantil o la violencia familiar. "Estamos trabajando intensamente porque si bien afortunadamente el patronato está derogado, para poder implementar esta ley como corresponde, y que no sea una letra vacía, hay que hacer toda una inversión en instituciones que la lleven adelante", adelantó la directora del Area de la Niñez de la Municipalidad, Patricia Giuricich. Para empezar, prevén instalar Centros de Día en todos los distritos de la ciudad, en coordinación con las organizaciones no gubernamentales que trabajan el tema.

Durante buena parte del año se realizaron reuniones entre el área municipal, los juzgados de menores, la Dirección del Menor, la Mujer y la Familia de la provincia y las organizaciones no gubernamentales que trabajan el tema. En febrero tienen previsto otro encuentro para avanzar en el diseño de las políticas públicas que la nueva ley plantea. Lo que se derogó fue la ley del patronato, vigente desde 1919, que daba al Estado la tutela de los niños con problemáticas sociales o penales. Desde la puesta en vigencia de la nueva ley, los niños son sujetos de derecho, y el Estado tiene la obligación de garantizarles el bienestar. Ese cambio de perspectiva tiene significado político.

"Lo primero que se debe hacer es analizar muy cuidadosamente la política sobre niñez, porque lo jurídico no arregla la realidad social", afirmó Oscar Lupori, del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, que hoy tiene un Centro de Día en cogestión con la Municipalidad en la zona pobre de Fisherton. Para este militante social, la ley tiene un aspecto sumamente positivo al desterrar la criminalización de la pobreza. Es decir que ya no tendrán sentido las instituciones donde se interna a niños que buscan su sustento en la calle, aspiran pegamento o enfrentan problemas de violencia familiar. El Estado tampoco podrá promover programas como el que llevó adelante el padre Tomás Santidrián a fines de la década pasada, cuando bajo el lema "Protejamos nuestra niñez" se levantaban niños que trabajaban en la calle, muchas veces acompañados de su familia.

"Hay que darle sentido a la expresión tan meneada, que figura en la Convención Internacional por los Derechos del Niño, que es el interés superior del niño. Un aspecto positivo de esta ley es que establece la obligación administrativa y política del Estado de garantizar el derecho del niño a ser escuchado", arguyó Lupori.

"Lo que expresa la ley es el modo en el que venimos trabajando en Rosario, con un fuerte eje en el entorno familiar, en forma descentralizadas, en contacto con las organizaciones de la sociedad civil", dijo Giuricich, quien reconoció sin embargo que esta red resulta insuficiente porque "también es cierto que el tejido social está sumamente deteriorado, con familias muy quebradas a las que se les hace muy difícil garantizar el bienestar del niño".

Desde la Municipalidad aclararon que el Area atienden a niños con problemas sociales, y no en conflicto con la ley penal. En ese sentido, Giuricich mencionó que instituciones como el Centro de Protección de la Infancia, conocido popularmente como Centro Deliot, el centro de Día La Casa (ubicado en Mendoza 1280) y el emprendimiento en Fisherton junto al MEDH están encuadradas dentro de la nueva ley. El primer desafío será construir este tipo de instituciones en todos los barrios, para ofrecer a los niños esparcimiento, formación y contención ante situaciones sociales conflictivas.

El CPI ubicado en bulevar Seguí al 5600 es un centro de día donde los niños llegan por indicación de los profesionales que los atienden. Concurren en contraturno de la escuela, y reciben tanto apoyo escolar como participación en actividades recreativas y apoyo psicológico. "Es un dispositivo especial armado para trabajar con situaciones más complicadas. Es un lugar que se oferta para niños en situación de calle o con problemáticas muy graves. La idea es tener un lugar así en cada distrito como para poder avanzar. En sur, en el barrio Molino Blanco, está funcionando una ludoteca doble turno que también tiene la función de brindar un lugar donde los chicos puedan estar y nosotros podamos trabajar en dos ejes, con el niño y con la familia", apuntó Giuricich.

Tanto la funcionaria como Lupori subrayaron que ya no existirán los hogares de encierro, que dejan afuera a la familia (ampliada o sustituta). "Las instituciones grandes de internación deberán desaparecer", afirmó Lupori. "El formato de internación en institutos ya no existirá, pero sí habrá que garantizar los centros de día y en algunos casos instituciones de puertas abiertas", agregó Giuricich, quien sin embargo reconoció que "el trabajo con la familia, el fortalecimiento, para que el tránsito del niño en un hogar sea transitorio, a veces se dificulta mucho, y llevará un tiempo importante terminar con esto".

La funcionaria admitió también que "hace falta una inversión importante para tener instituciones o lugares que nos están faltando para afrontar problemáticas muy complejas como son el consumo de pegamentos, y otras problemáticas que atraviesan a los chicos".

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El modelo de entidad donde los chicos no revisten el carácter de sujetos está perimido. La ley establece la obligación del Estado de garantizar el derecho del niño a ser escuchado.
 
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