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Domingo, 20 de abril de 2008

DEPORTES › FúTBOL. ÑULS TUVO QUE CAER EN LA BOMBONERA

Arriesgó poco y se perdió la hazaña

El equipo de Caruso Lombardi aguantó en buena parte del juego agazapado esperando contraatacar cuando el rival lo permitiera. Lo hizo en algunos lapsos pero no encontró jamás una línea firme para dañar a los dirigidos por Ischia.

2 Boca: Migliore; Maidana, Roncaglia, Cáceres e Ibáñez; Chávez, Vargas y Neri Cardozo; Riquelme; Palacio y Palermo. Director técnico, Carlos Ischia.

1 Ñuls: Villar; Ré, Schiavi, Fideleff y Quiroga; Cabrera, Zapata, Scotti y Vangioni; Da Silva y Salcedo. Director técnico, Ricardo Caruso Lombardi.

Goles: 10' ST. Rodrigo Palacio (BJ), 28' ST Santiago Salcedo (Ñ), 35' ST Martín Palermo (BJ).

Cambios: 20'ST Mauro Fórmica por Juan L. Quiroga, 20'ST Damian Steinert por Alejandro Da Silva, 21'ST Sebastián A. Battaglia por Crístian M. Chávez, 25'ST Jesús A. Dátolo por Neri R. Cardozo, 33'ST Juan Forlín por Luis Ibáñez.

Cancha: Boca.

Arbitro: Pablo Lunati

En los dos pequeños mejores momentos de Ñuls en el partido, Boca sacó las credenciales de sus dos delanteros y dejó a los rojinegros sin nada. Ñuls aguantó en buena parte del juego agazapado esperando contraatacar cuando el rival lo permitiera. Lo hizo en algunos lapsos pero no encontró jamás una línea firme para dañar a la mezcla de experiencia y juventud que presentó el equipo de Ischia. Y dejó flotando entre el humo que se posó sobre la Bombonera qué hubiese sido del equipo rosarino si la actitud que mostró tras el primero de Palacio se extendía durante una porción mayor de tiempo.

Sólo un par de jugadas de riesgo frente a Migliore. Muy poco para un equipo que intenta encontrar el camino que lo lleve a pelear los primeros lugares. Una media docena de situaciones claras sufridas en el arco de Villar. Demasiado para una formación que ha recibido -y por propios méritos- un reconocimiento unánime sobre su solidez defensiva. Conclusión: La primera parte no dejó dudas y tuvo a Boca como principal protagonista, pese a que no pudo quebrar la resistencia de un dubitativo Villar.

Ñuls tuvo su momento en el instante final de la etapa inicial cuando Schiavi impuso su humanidad en el área rival, tras un centro de Cabrera, pero su cabezazo fue despejado sobre la línea por el juvenil Ibañez cuando el vuelo de Migliore no alcanzaba para desviar el remate. Antes, un remate de sobrepique de Da Silva había llevado peligro al arco xeneise, tras una cesión de cabeza de Salcedo.

No hubo marca personal sobre Riquelme. De cerca lo siguió Zapata, que le entregó muy pocos espacios. Al menos, mientras tuvo piernas y el partido no tenía un rumbo marcado. De reojo lo miraba Scotti, siempre listo para interponerse en el circuito que Román buscaba armar con los dos puntas. La premisa era no dejar jugar al rival y pensar luego en los atributos que Ñuls tiene de mitad hacia arriba.

De un saque de arco llegó la primera explosión. Palermo la peleó ante Schiavi y Palacio, -luego de un defectuoso rechazo de Fideleff- aprovechó el yerro y la tocó por encima del cuerpo de Justo Villar. El gol fue la mejor excusa para que Ñuls buscase un rol diferente al de partenaire. Y esa primera prueba de caracter la superó con el ingreso de Steinert, que le dió más vértigo a su juego.

Ante la desventaja vino lo mejor del conjunto de Caruso Lombardi. Por la punta derecha, Steinert abrió un surco y por allí generó las acciones que hacían presagiar un empate transitorio. Tras una corajeada del recien ingresado se produjo la falta que concluyó con un furioso tiro libre que se metió en el ángulo que debía cubrir Migliore. Pero la fortaleza del remate del guaraní hizo estéril la estirada del uno.

El partido se encaminaba hacia una meseta, que Palacio decidió sortear con sus corridas. En una de ellas, sacó un centro-remate que terminó superando a Villar y se estrelló en el palo. El rebote lo tomó Palermo dentro del área chica y con una zambullida el goleador boquense conectó de cabeza ante la desesperada mirada del uno paraguayo. La nueva reacción de Ñuls no apareció. El tiempo de revertir la historia había pasado por delante de sus narices.

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Palacio aprovecha el cabezazo hacia atrás de Fideleff y la empalma para colgarlo a Villar.
Imagen: FotoBaires
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