La doble competencia llena de obligaciones al plantel leproso y el director técnico Gerardo Martino, firme en su idea, decide afrontar los partidos con los mejores jugadores disponibles. Tras eliminar a Boca en la Copa Libertadores, ahora hay que calzar el chip del Torneo Final, en el cual Ñúbel llega al sprint de las últimas cuatro fechas en la punta y con un fixture, a priori, más accesible que sus perseguidores. Esta noche ante All Boys no jugará el paraguayo Cáceres y faltará el volante Diego Mateo, que sufrió un desgarro en el reciente cruce ante los xeneizes. Bernardi pasará al centro del mediocampo y Orzán se ubicará en la derecha.

Ñúbel se acostumbró a que la mayoría (no todos) de los equipos del certamen doméstico le planten esquemas cautelosos para contrarrestar su andar. Se parte de un contraargumento y no de una propuesta. Se prioriza impedir y después, si se puede, generar. No obstante, a favor del rojinegro, hay que reconocer que siempre se las ingenió con mucha paciencia para doblegar esos estilos. Pocos fueron los que apostaron a pelearle la tenencia de la pelota. All Boys, en los papeles, puede ser uno de ellos, tal la línea de su entrenador José Romero. Con menos jerarquía que su rival, el local quizás no se repliegue y busque inyectarle a su juego una dosis de protagonismo, que el equipo de Martino suele absorber en casi todos los partidos.

Ñúbel irá con Guzmán, Díaz, Vergini, Heinze, Casco; Orzán, Bernardi, Pérez; Tonso, Scocco y Rodríguez.