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Jueves, 15 de octubre de 2009

CULTURA / ESPECTáCULOS › "EL BESO DE LA MUJER ARAñA", EL SáBADO EN AUDITORIO FUNDACIóN

Cómo adaptarse a las diferencias

Escrita por Manuel Puig, la obra transcurre en la celda que, en medio de la dictadura militar, deben compartir un homosexual y un activista político. "El texto es genial", remarcó el actor Humberto Tortonese.

Humberto Tortonese es un actor de oficio. Activo participante del under porteño en la década del 80, Tortonese puede ser presentado como un talentoso humorista, aunque el rótulo resultaría insuficiente, algo que demuestra con su interpretación en El beso de la mujer araña, obra que este sábado a las 21.30 se presentará en el Auditorio Fundación (Mitre 754).

Escrita por Manuel Puig, la obra transcurre en la celda que, en medio de la dictadura militar, deben compartir un homosexual y un activista político. Con Rubén Szchumacher como director y Martín Urbaneja como co-protagonista, la obra devolvió a Tortonese a las tablas, que después de su trabajo en La voz humana regresó a las salas alternando su labor en los medios.

"Todo el primer proceso de ensayo fue una situación, porque tenía que estudiar mucho. Como estaba haciendo otras cosas estaba todo el día afuera, llegaba la noche y estudiaba. Creo que estudié más que toda mi vida, porque cuando estudiás un texto así no parás hasta que lo memorizás. Después vino el proceso de la dirección. Cuando me dijeron que Szchumacher iba a dirigir me pareció que podía ser, porque el texto era como un clásico y querían que esté intacto. La verdad sus obras no las había visto, sí sabía de su trayectoria".

Ya con la puesta en cartelera, Tortonese debió aguardar algún tiempo hasta sentirse relajado con su trabajo. "Al principio a la obra la veía como más dura, después realmente se fue aflojando --explicó--. Martín es muy buen actor y en esta obra los dos personajes son importantes, y ahora que hace seis meses que estamos siento que se aflojó, que encontramos la obra. Lo que pasa es que esta obra costó más que otras. En La voz humana, que era un proyecto mío, al texto de Jean Cocteau lo fui masticando y llegué bien al estreno. Los estrenos son siempre un sufrimiento, pero el estreno en La voz humana fue bien y después iba cada vez mejor. Acá fue como muy tremendo el estreno, mucho más duro, y después realmente en un momento nos empezamos a divertir. Ahí es donde sale la obra".

Ya en relación a la trama, el protagonista apuntó: "Son dos personajes totalmente distintos. Molina es homosexual y entra ahí por corrupción de menores. En realidad se cogió a un tipo que era menor, lo agarran y aparte lo usan ahí adentro, porque no es un degenerado. Lo que muestra Puig en éso es increíble, porque muestra la sensibilidad en dos seres totalmente distintos. Molina, por medio de películas y todo, va sacando al otro, al político, de su mundo, de lo traumático de lo que no podía salir. Aparte era una época en la que se vivía muy al extremo. Siempre digo que estos seres, afuera, en la calle, no se hubiesen conocido nunca. Acá, encerrados, cada uno por su personalidad atrapa al otro. Sobre todo Molina, que hace que el otro empiece a ver el valor de un ser humano, más allá de tener a un homosexual enfrente. En éso el texto es genial, por cómo lo cuenta Puig".

La obra va mucho más allá del retrato de época, profundizando la relación entre esos personajes en apariencia dispares. Así lo entiende Tortonese: "No vi ninguna de las puestas que se han hecho de El beso..., y cuando la leí tenía miedo que la obra pudiera quedar un poco antigua. Pero después, al hacerla, me dí cuenta que no. A la gente todavía le cuesta adaptarse a las diferencias, a que el otro sea diferente".

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Humberto Tortonese y Martín Urbaneja.
 
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