rosario

Jueves, 23 de octubre de 2008

CORREO

Jubilaciones

¿Es una buena medida la eliminación del sistema privado de jubilaciones? ¿Está pensado y concebido para ayudar a los pasivos actuales y futuros o es un salvavidas para las entidades financieras que no han sabido administrar los recursos obtenidos? ¿Qué opinan los sindicalistas que tanto bregaron por el sistema de capitalización ﷓en el que muchos de ellos fueron actores﷓ y cómo los panqueques se dieron vuelta en el aire, apoyando ahora el de reparto? ¿Creen que ya nos olvidamos de las publicidades con las que se denostaba el sistema de reparto? ¿Qué cambió en el país para que lo que era malo, ahora sea bueno? ¿No estamos frente a otra falacia? ¿Qué ley asegurará, a quienes accedan, jubilaciones dignas? ¿No deberían ser juzgados y condenados como traidores a la Patria los que lucraron con la seguridad provisional, alentando a nuestros empleados y obreros a adherir al régimen de capitalización? ¿Qué dicen los dirigentes sindicales, que se convirtieron en empresarios de las AFJP y hasta cometieron o admitieron el robo de información de las planillas de personal de las empresas públicas, organismos descentralizados, universidades, etcétera, de las que se sacaran los datos para afiliaciones compulsivas, que los afectados descubrieron mucho tiempo después?

Demasiadas preguntas sin respuestas para un problema que se suma a la incertidumbre de los viejos, a las inquietudes de los aportantes y a las dudas de todos los activos por el futuro de los argentinos.

Angel M. Contestí


Boleto

Cada vez que lo veo o escucho al intendente Miguel Lifschitz hablando del boleto del Transporte Urbano de Pasajeros, como un acto reflejo creo que están hablando Agustín Bermúdez o Rubén Rodríguez, es decir, los dos empresarios privados que gestionan más de la mitad del sistema de transporte urbano. Porque siempre fueron ellos quienes pedían que el boleto aumentara y justificaban los incumplimientos de frecuencias o de disminución de la flota.

Sin embargo, en la administración Lifschitz, y más precisamente desde la creación de las ineficientes Semtur y La Mixta, es el mismísimo intendente que lidera el pedido de aumento o justifica la baja calidad del servicio o le echa la culpa a otro. ¡Créase o no, de Ripley! ¡Es el máximo representante de los intereses de los empresarios, entre los que se encuentra!

¡Un día pide aumento del boleto y al otro día se sienta en su despacho y se lo otorga! ¿No le parece que algo no funciona? Señor intendente, ya no puede engañar más a la gente.

Concejal Jorge Boasso

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