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Domingo, 9 de agosto de 2009

OPINIóN

Reflecciones post electorales

 Por Roberto Sukerman*

Hace una semana votamos en Santa Fe. Fue la tercera vez que usamos el sistema de primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) y es oportuno hacer algunos balances de este sistema, máxime cuando se pretende tomar como ejemplo a nivel nacional. Si bien en principio fue un avance suplantar el sistema electoral anterior, de lemas, que había tenido consecuencias muy negativas y su reputación social era pésima; el actual sistema tampoco puede preciarse de sobrevivir sin algunos ajustes internos y del resto de las leyes. Desde hace años proponemos revisar, sistematizar y actualizar toda la legislación electoral para dotar de mayor seguridad y transparencia al proceso eleccionario.

El sistema de las PASO mejoró algunos aspectos de la ley de lemas que se podrían haber mejorado en el mismo viejo sistema por ser reglas generales comunes a cualquier sistema. Así, se estableció que los precandidatos sólo pueden serlo por un solo partido político, confederación de partidos o alianza electoral, en una única lista y para un solo cargo electivo y una sola categoría. Chau a los "polirubros". También se limitó la posibilidad de adherir (avalar), ahora solo se puede a una sola lista de candidatos con el requisito de la firma certificada del afiliado por autoridad pública o por escribano. Chau a los avales truchos si se controla eficazmente.

Sin embargo, una de las perlas de la reciente elección fue la de "Los Canditruchos" como los tituló este diario en su tapa del pasado jueves. En esa nota se proporcionan datos precisos muy importantes que se deben tener presente para entender que queremos decir con estas líneas. En Rosario se oficializaron más de 70 listas de concejales y en otras muchas ciudades también cantidades desproporcionadas de listas. Eso claramente no responde a la pluralidad política y a la ampliación de la participación ciudadana en política. Se presentan para hacer un negocio y eso no puede permitirse. No lo puede permitir la ley y sus reglamentaciones, ni el Tribunal Electoral ni ninguno que crea que la política es la mejor herramienta que tenemos para cambiar la realidad, mejorar la vida de nuestros hermanos y lograr una sociedad más justa y solidaria.

El Tribunal Electoral recibió, hasta ahora, más de 80 denuncias de ciudadanos que no dieron su consentimiento para figurar como candidatos en las listas de las PASO. Esto ya es demasiado. Cuando lo único que importa es ganar plata, algunos hacen cualquier cosa. Si el Tribunal Electoral actúa como corresponde y la Justicia Penal también, a los que realizaron esta estafa electoral (responsables y apoderados de las listas, escribanos y funcionarios públicos) les pueden caber penas de varios años de prisión de acuerdo a lo establecido en el Código Electoral Nacional y en el Código Penal.

¿Está mal que el Estado financie a los partidos políticos? Según el art. 38 de la Constitución nacional desde 1994, los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático y se les garantiza la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos. Asimismo, establece que el Estado contribuye al sostenimiento económico de sus actividades. Si los partidos tienen el monopolio de las candidaturas es lógico que el Estado los financie. Pero la realidad es que lo que se les entrega es muy poco para cumplir con todas las funciones que deberían realizar. Por otro lado, está claro que los que lucran con las candidaturas no deberían recibir nada.

Acá llegamos al meollo del asunto. El centro de la atención cuando hablamos de República, Democracia, Representación, Presidencialismo vs. Parlamentarismo, Reforma Política y Sistema Electoral son los Partidos Políticos. Sin partidos políticos fuertes, ordenados, democráticos, ideologizados, formadores de dirigentes no puede funcionar nada que tenga que ver con lo político y lo público. Con partidos "partidos" no hay presente ni futuro venturoso. Prometemos continuar próximamente profundizando esto, pero ahora nos preguntamos ¿sirve la obligatoriedad de las primarias para fortalecer a los partidos? Definitivamente no. Nosotros siempre abogamos por más participación ciudadana y votar en primarias abiertas es una oportunidad que se nos agregó, pero la obligatoriedad tapa los problemas sistemáticos de los partidos para fortalecerse. La obligatoriedad legitima una elección que de ser de voto voluntario sería mucho menos participativa. ¿Es sano que el electorado independiente este obligado a meterse en la interna de los partidos? Para nosotros no. La obligación para los partidos de hacer internas tiene más justificación porque busca incentivar, pero la democracia interna también se puede resolver por otras vías. Siempre decimos que no se cambia la realidad obligando. El voto voluntario en las PASO que pasaría a llamarse PAS podría servir para desnudar de una vez por todas la crisis terminal de los partidos. Este shock puede ser el comienzo del cambio que todos esperamos.

*Profesor de Derecho Constitucional U.N.R. [email protected]

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