Uno de los últimos en retirarse del cementerio de Granadero Baigorria fue el dibujante Cristóbal Reinoso, conocido como Crist, que en el último tiempo ayudó al Negro a publicar sus dibujos en Clarín, cuando la enfermedad que lo aquejaba ya no le permitía hacerlo. Crist dijo que el vacío que va a dejar Fontanarrosa "no se va a llenar, por nada; será irremplazable".

"Otro tipo igual no habrá. Fundamentalmente se va a notar en el caudal de cosas que hacía. No solamente como dibujante, como escritor, como amenizador de las mesas; en eso era incomparable", señaló Crist, quien se llegó hasta aquí para estar presente en la despedida.

El humorista dijo que "nunca he visto un estilo más personal, más rico en expresión, que el del Negro. Igual que Quino; dicen que no saben dibujar; son macanas. Son unos maestros, y en el dibujo, inclusive, tan difíciles de imitar. Por eso ahora, me dejó hacer lo que podía; sin decirme nada, al contrario. La única premisa que me dio fue: 'hacé lo que quieras, pero fundamentalmente, que se entienda'".

Según Crist, junto a Fontanarrosa "creamos un lenguaje nuevo, inventamos un tercer dibujante". El humorista agregó que "el Negro, al pedirme que cumpliera esa misión, lo hizo porque éramos amigos, y no porque yo fuera un gran artista. Entre nosotros no había que explicar nada, él sabía lo que yo podía hacer, porque ya lo habíamos ensayado en la revista Hortensia. El Negro era un talento, manantial inagotable; hacía las cosas y parecía que no le costaba nada; así como escribía una carta, escribía los guiones, era una cosa única".

Finalmente, Crist dijo que Fontanarrosa "era una tipo totalmente informado, que leía mucho más de lo que se imaginaban. Incluso, en esas charlas más íntimas, se permitía citas, que habitualmente eso frente al público no lo hacía, como si tuviera un cierto pudor. Nunca me lo expliqué bien, pero ahora sí lo entiendo".