El viernes, el maquinista se había negado a declarar ante la policía, tras ser detenido en su cama del hospital. Garzón está en el punto de mira de la polémica en torno a la peor tragedia ferroviaria en cuatro décadas en España, que según las últimas cifras ha dejado 78 muertos y 178 heridos. Hasta el momento se han identificado 75 cadáveres.

Según los últimos datos, unas 30 personas continúan en estado crítico en el hospital de Santiago. Fernández Díaz, que acudió hoy a lugar del accidente, defendió la detención de Garzón asegurando que hay "claros indicios para ello".

La ministra de Fomento, Ana Pastor, que acompañó a Fernández Díaz, defendió por su parte las medidas de seguridad del sistema de ferrocarriles españoles. La investigación debe aclarar si se cumplieron las normas de seguridad que recogen las leyes.

El maquinista admitió que el tren iba a 190 kilómetros por hora en el tramo en el que convoy descarriló el miércoles por la noche, en una curva muy pronunciada en la que la velocidad máxima permitida es de 80 kilómetros por hora.