El conservador Mariano Rajoy juró su cargo como presidente del gobierno de España ante el rey Felipe VI en un acto que marcó el inicio de su segundo mandato consecutivo, dos días después de que lograra sortear los obstáculos para su investidura en el Congreso.

El breve evento se celebró en el Palacio de la Zarzuela, la residencia oficial del rey. Con la mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución y la izquierda sobre la Biblia, Rajoy juró "cumplir fielmente las obligaciones del cargo como presidente del Gobierno, con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros".

Después de diez meses sin Gobierno y dos elecciones generales, el sábado el líder del Partido Popular (PP) obtuvo el apoyo del Congreso, con los 170 votos a favor de su partido, del liberal Ciudadanos y del regionalista Coalición Canaria. La abstención de gran parte del Partido Socialista (PSOE) fue la clave para que pudiera ser nominado.

Fueron 68 los diputados socialistas que se abstuvieron para facilitar la investidura de Rajoy, mientras otros 15, a quienes el partido ya anticipó sanciones, se negaron a seguir la disciplina partidaria y mantuvieron su "no" al conservador.

A diferencia de su primer gobierno, en el que las medidas de ajuste pudieron ser aprobadas gracias a una mayoría absoluta, Rajoy contará ahora sólo con el apoyo garantizado de los 137 diputados del PP en la Cámara baja de 350 escaños, por lo que se verá obligado a negociar ley por ley. El PSOE advirtió que avalaría la investidura pero no garantizará la estabilidad de los conservadores, mientras la tercera fuerza parlamentaria, la coalición de izquierda Unidos Podemos, se proclamó como la real oposición al gobierno.