El gobierno de Costa Rica aclaró en un comunicado que acogió a Zelaya en calidad de "huésped", confirmó que el mandatario hondureño estaba en "buenas condiciones" y lanzó un llamado "vehemente" a las fuerzas armadas de Honduras a restablecer el orden constitucional en ese país.

En tanto, los jefes de estado y de gobierno del Sistema para la Integración de Centroamérica (SICA) anunciaron que se reunirán esta noche en Managua para "exigir la restitución" de Zelaya como presidente constitucional de Honduras, según informó la vocera presidencial de Nicaragua, Rosario Murillo.

La funcionaria aclaró que los mandatarios resolvieron anticipar esa reunión, que estaba prevista originalmente para mañana, y afirmó que Zelaya estará presente en ella, según reportó la agencia noticiosa alemana DPA.

Murillo denunció además que los embajadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela en Honduras, Juan Carlos Hernández, Mario Duarte y Armando Laguna, respectivamente, fueron secuestrados y golpeados por soldados hondureños cuando visitaban la residencia de la canciller de Honduras, Patricia Rodas, quien también fue detenida y presuntamente expulsada del país.

En una declaración difundida en Washington, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se manifestó "muy preocupado" por la situación y se adhirió al pedido hecho por la Organización de Estados Americanos (OEA) para que todos los actores hondureños respeten las normas del estado de derecho.

En otro comunicado, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, sostuvo que "la acción contra el presidente" Zelaya "viola los preceptos de la Carta Democrática Interamericana y debería ser condenada por todos".

El derrocamiento de Zelaya es "un hecho que nos remonta a la peor barbarie de nuestra historia política", afirmó la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien anunció que impulsaría una reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) "aunque Honduras no forma parte de ese organismo".

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, calificó a la situación como "un golpe troglodita" y aseguró que estaba "cocinando una estrategia" para "neutralizar el golpe", por el cual responsabilizó a "la burguesía", a "los militares que

convirtieron a Honduras en una república bananera" y al "imperio yanqui".

"Estos gorilas parece que están dispuestos a todo; éste es un golpe de estado contra todos nosotros, no podemos permitirlo, tendríamos nosotros que intervenir incluso militarmente; no puedo quedarme con los brazos cruzados", dijo Chávez y agregó que estaba conversando con varios mandatarios de la región.

El gobierno de Brasil, en una nota difundida por su cancillería, declaró que "acciones militares de este tipo configuran un atentado a la democracia y no condicen con el desarrollo político de la región", y exhortó a que Zelaya "sea inmediata e incondicionalmente repuesto en sus funciones".

El presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que "hay que repudiar esta acción", a la que calificó como "una emergencia internacional", y señaló que "lo que está pasando en Honduras es una aventura de un grupo de militares que atenta contra la democracia y contra el pueblo".

Por otra parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, condenó severamente el golpe de estado, llamó al pueblo hondureño y a la comunidad internacional a unirse contra esta alteración del orden constitucional, y llamó a una reunión urgente del Consejo Permanente del organismo para esta misma tarde.

Asimismo, el canciller español, Miguel Moratinos, manifestó que "la Unión Europea condena el golpe y pide que se restaure inmediatamente el orden", durante una reunión informal de cancilleres del bloque en la isla griega Corfú.