No hay neoliberalismo sin narcotráfico, sin fuga de capitales, sin lavado de dinero, sin paraísos fiscales, sin evasiones impositivas, sin delito, sin corrupciones, afirma el autor.
La abogada rosarina Matilde Bruera, ex legisladora y defensora pública, ofrece una alternativa a las miradas que sólo castigan a los últimos eslabones de la cadena comercial y delictiva, y hacen la vista gorda ante los que grandes beneficiarios del negocio narco.
El magistrado, uno de los penalistas más respetados del país, rechazó las medidas que presentó el ministro de Defensa y afirmó que “la intervención militar en seguridad interior no funcionó en ningún lado". Pidió poner el foco en la policía santafesina y sus vínculos con los grupos criminales.
Luis Petri aclaró que la tarea castrense será "de apoyo, en el marco de la ley". Mientras el ministro de Defensa, Pullaro y Javkin recibían a la comitiva, el Ministerio Público Fiscal rosarino era intervenido.
La Mesa Ejecutiva del Parlamento del Norte Grande Argentino manifestó su "pesar y repudio a la ola de violencia indiscriminada que sufre el pueblo de Santa Fe y en especial el Sr. Gobernador Maximiliano Pullaro".
El Servicio Público Provincial de la Defensa Penal aseguró que los detenidos fueron torturados en la cárcel de Piñero.
Los crímenes al azar de cuatro trabajadores pusieron a Rosario en estado de luto. La realidad cambia según el barrio. En el centro, temen que se esté corriendo la frontera de "lo matable”. En los barrios de periferia, las balaceras y las muertes de jóvenes, descartables, son cosa de todos los días.
Desde el norte provincial el grupo proveía droga a Santiago del Estero y Córdoba. Bajo el modelo de clan familiar, sus integrantes acumularon una fortuna que intentaron legalizar con la compra de inmuebles, vehículos y otros bienes.
Vestidos de operarios de una contratista de empresas de perforación del norte salteño, cuatro hombres llevaban la droga en un tanque cisterna de combustible. Les decomisaron un inmueble, ocho vehículos y 173 mil dólares.
Diversos barrios rosarinos de bajos recursos comienzan a militarizarse con la presencia de 2000 agentes del Ejército, Gendarmería, Prefectura y Policía Federal.