El mundo volvió a mostrar inestabilidad y la Argentina recibió el impacto. El dólar cerró ayer en 28,23 pesos, al incrementarse 0,6 por ciento. La bolsa porteña anotó una caída del 1,5 por ciento y el riesgo país subió 3 puntos hasta las 569 unidades básicas. El equipo económico ofreció tasas de interés de 5,5 por ciento en moneda extranjera para la renovación de Letes por 514 millones de dólares, cuando hasta principio de este año pagaba el 3,0 por ciento. Desde el Ministerio de Hacienda informaron además que se emitió el equivalente a 1638 millones de dólares en el bono dual, el cual ofrece un seguro de cambio a los inversores. Las reservas internacionales siguieron en baja, al cerrar en 60.545 millones de dólares, 139 millones menos que el día previo.

Los mercados emergentes registraron inestabilidad tras la publicación de estadísticas en Estados Unidos. El gobierno informó que la inflación fue del 3,4 por ciento interanual, la cifra más elevada en 6 años, y generó expectativas sobre un posible aumento de las tasas de la Reserva Federal. Las monedas de los países no desarrollados anotaron depreciaciones contra el dólar. Por caso, la lira turca perdió un 3,4 por ciento de valor, mientras que el real brasileño registró una depreciación del 1,6 por ciento, el peso chileno del 1,0 por ciento y el peso mexicano del 0,7. 

La Argentina se encuentra muy expuesta a la volatilidad internacional, tras la decisión del equipo económico de abrir en forma irrestricta la cuenta capital, y no logró evitar las tensiones cambiarias. En la plaza mayorista la cotización cerró en 27,29 pesos, con un aumento de 2 centavos, pese a la subasta del Banco Central por 100 millones de dólares y las tasas de interés en niveles de más de 60 por ciento. Los informes de mercado indicaron que el complejo agropecuario redujo la oferta de divisas, factor que potencia los problemas con el dólar. El campo venía liquidando divisas a ritmo de 220 millones de dólares diarios, una cifra que bajó a menos de la mitad.

El equipo económico anunció ayer el resultado de la emisión de Letes y del bono dual, uno de los datos que esperaba el mercado para ver el verdadero interés de los fondos del exterior para reingresar capitales al mercado local. La adjudicación de bono dual sumó 1638 millones de dólares, cuando en la anterior colocación había anotado 2000 millones de dólares. Esto implica una caída de casi 20 por ciento en el monto emitido y pone en claro que el país no recuperó la confianza de los inversores externos. Este bono paga un rendimiento en pesos pero tiene la particularidad de asegurar en caso de inestabilidad del tipo de cambio una ganancia en dólares. En lo que refiere a las Letes, el Ministerio de Hacienda, al igual que la semana pasada, ofreció una tasa de 5,5 por ciento anual para los títulos a 378 días. Se trata de un interés en dólares que casi duplica el cupón que ofrecía el Tesoro hace un año por la deuda de corto plazo. 

 La deuda en Letes del Tesoro empezó a ser una nueva preocupación para los analistas, que la consideran una nueva bomba de tiempo (un equivalente al efecto que tuvieron las Lebac en los últimos meses sobre las expectativas). La cartera a cargo de Dujovne detalló ayer que se adjudicaron unos 514 millones de dólares en Letes. “Las letras a 210 días, con vencimiento el 8 de febrero, recibieron ordenes de compra por 257 millones de dólares y se adjudicaron 220 millones con una tasa de 4 por ciento. En el caso de las letras a 378 días, con vencimiento el 26 de julio de 2018, se recibieron ofertar por 297 millones y se adjudicaron 294 millones con una tasa de 5,5 por ciento”. 

El Tesoro tiene un mecanismo poco sustentable para financiarse en el mercado interno a través de estas Letes. Los inversores pueden suscribir el título tanto con pesos como con dólares pero siempre reciben al vencimiento moneda extranjera. El resultado es que las deudas están dolarizadas, pese a que el Gobierno haya recibido el financiamiento en pesos y tiene que cancelarla en el corto plazo. En el momento que los inversores no quieran renovar estas letras en moneda extranjera, el Tesoro no tendrá otra alternativa que pagarlas con dólares de las reservas. La tensión es aún mayor que con las Lebac, las cuales se cancelan en pesos y luego el inversor decide si se dolarizan al tipo de cambio al que se ofrece la divisa en el mercado. Puesto en palabras simples, la devaluación es un factor para licuar la deuda en Lebac pero no tiene efecto con la deuda en Letes, que debe abonarse en moneda extranjera por defecto.