La semana pasada, Warner Channel estrenó la tercera temporada de  Arma Mortal (va los martes a la medianoche). Nueva versión de la franquicia policial que brilló entre los 80 y los 90, con la más prototípica de todas las duplas de detectives. A diferencia de productos televisivos que se sirvieron de un original para reinterpretarlo (El Exorcista, Fargo, Hannibal y Westworld), aquí solo faltaría que los protagonistas fuesen Mel Gibson y Danny Glover. La historia, el contexto, las características del policía alocado y el cuidadoso personificados por Clayne Crawford y Damon Wayans, fueron prácticamente los mismos que los de la saga durante dos temporadas.

Por razones de fuerza mayor –el mal comportamiento en el set del primero– la producción eyectó al actor reemplazándolo por Sean William Scott (el inolvidable Stiffler de American Pie). Lo singular es que no interpreta al mismo personaje sino que hará de Wesley Cole, un ex agente de la CIA que se muda a Los Angeles en busca de otra oportunidad en la vida y reconciliarse con su hija de 12 años. Es, entonces, un Arma Mortal sin el aura de Martin Riggs. “Creo  que aprecia el tipo de valores que encarna Murtaugh. Su código y humanidad. Viniendo de la CIA ha visto muchas cosas horribles, vuelve a casa sin esperar nada y encuentra a este tipo que es un gran padre y un buen policía. Eso lo motiva. Pero creo que estoy haciendo un intento serio por hacer quedar como inteligente a mi personaje”, apuntó William Scott. Explosiones y tiroteos a cargo de una pareja despareja, solo falta añadirle los saxos y un inodoro volando por los aires.