Un banquero de apellido medio oriental que trabaja en Citibank Londres acuñó en febrero del 2012 el término “Grexit” para definir la salida de Grecia no de Europa sino de la zona euro. The Financial Times y The Economist fueron la caja de resonancia contra eso que definieron como propio de países atrasados, que no entienden y que no se esfuerzan. Dijeron “la posibilidad de salirse de la zona euro se convirtió en real a finales del 2011 cuando a la explosiva política griega se agregó una mezcla de una economía atrasada y finanzas públicas fuera de control”.Fue en la propia Gran Bretaña donde estalló no el “Grexit” sino el “Brexit” por la renuncia de Gran Bretaña a la Unión Europea a través de referéndum. 

Mientras el “Grexit” se relacionaba a la autonomía de manejo de política monetaria y fiscal en medio de una gran crisis, el “Brexit” es la salida de británica de la Unión Europea a donde ingresó en 1973, muy tardíamente dos décadas después de formada la Comunidad Económica Europea. Mientras en Grecia era la izquierda la que buscaba la salida del euro, no de Europa, en Gran Bretaña se salían de Europa.

El diario The Independent señaló que el objeto de llamar el referéndum era unificar al pueblo británico en torno al tema de la Unión Europea, asunto que había sido espinoso para los conservadores John Major y Margaret Thatcher. Para unificar a la derecha dividida en UKIP y el Partido Conservador con la izquierda Laborista, pensó que el camino era un referéndum donde por dos tercios, como en 1975, se ratificaría la pertenencia. La sorpresa fue el resultado. Votaron el 71 por ciento de los votantes que son 46,1 millones de personas. De estos, el 51,9 por ciento votó a favor de separarse de la Unión Europea, cuatro millones más que los que votaron en contra.

Terremoto

La victoria de los aislacionistas británicos fue impactante para el mundo financiero. El ingreso de Gran Bretaña a la Comunidad Económica Europea fue tardío, en 1973, por iniciativa de un gobierno Conservador. Se ratificó en junio de 1975 tras un referéndum promovido por los Laboristas. Los ciudadanos votaron en 1975: 67 por ciento a favor de ingresar y 33 por ciento en contra. La pregunta es: ¿qué pasó en los 40 años entre 1975 y 2015 que terminó en que los mismos conservadores llamaran a un referéndum? Primero está el desplazamiento de la economía británica. Está en el 39º lugar en términos de PIB per cápita en el 2015 pero en términos del Ingreso Nacional Total subió del sexto al quinto lugar entre 1970 y 2015. Esta es una medición distinta del Producto Interno Bruto usado más habitualmente pero es a la que hacen referencia Nigel Farage del UKIP, porque contiene los ingresos del exterior que el PIB no contiene. Una parte grande de eso son inversiones en Europa por las condiciones de trato nacional que reciben por ser miembros.

Con una pérdida en posiciones mundiales en términos de PIB pero un aumento en términos de INB hay un cambio en la economía británica. Lo que más cambió a Gran Bretaña además del fin del Imperio fueron las políticas de Thatcher que se han generalizado en el mundo, inspiradas en Hayek y la Sociedad de Monte Pelerin. Thatcher abrió la economía a niveles sin precedentes y desindustrializó el país. Polarizó los ingresos y aniquiló las ciudades del norte. Esto vino acompañado por una política de apertura migratoria para atraer fuerza de trabajo que costara menos.

El resultado tras treinta años es que frente a una economía débil en los tempranos años 70, en la segunda década del XXI, el pueblo británico se siente fuerte, si bien hay un desplazamiento social muy importante. Tienen una tasa de crecimiento económico tenue versus la falta de crecimiento de los países del continente. Como siempre, se sienten distintos de los europeos continentales y les ha ido bien, aunque tienen un desempleo de 5 por ciento y una caída del salario únicamente después del 2009. 

Ajuste

El ajuste económico británico luego del inicio de la crisis en el 2008 ha recaído sobre los asalariados mientras que el sector financiero ha continuado viendo mejoras en sus ingresos. Esto no es culpa de la Unión Europea pero el ajuste es percibido como una imposición europea. Los Conservadores deben explicar que el ajuste es autogenerado y que las teorías son inglesas. A diferencia de América latina donde las crisis, los ajustes y las teorías económicas vienen de afuera, Gran Bretaña alberga las universidades donde estas teorías se pensaron.

Otro factor tiene que ver con las políticas del Banco Central Europeo y su impacto sobre la economía británica. Esta es una construcción mediática porque no renunció Gran Bretaña ni al Banco de Inglaterra ni a la Libra Esterlina. En cambio, las regulaciones bancarias europeas si tendrían que aplicarse, pero eso no es el BCE sino la Comisión Europea en Bruselas. Los Conservadores y UKIP sintieron que la UE era una dictadura que les imponía tratados diversos sobre los que no opinaban. Esta práctica en la construcción de una UE homogenizada, fue entonces una causal de incomodidad. 

La falta de respeto de la Comisión Europea por los procesos democráticos se ha podido observar con Grecia. La inflexibilidad de la CE cuando el pueblo griego vía un referéndum le dio apoyo al Primer Ministro Tsipras para que negociara de otra manera, fue respondida con un “no se puede” y un recordatorio de las reglas de Maastricht. En realidad, hay una vacío democrático en la Comisión Europea a quien los ciudadanos europeos no eligen ni le piden cuentas. Peor, no tienen como pedir cuentas. Este vacío democrático y abuso de autoridad es análogo al del FMI, razón por la que generan ambas tanta resistencia.

Sin duda el complejo financiero constituido por bancos, universidades, la prensa y el poder ejecutivo de los Gobiernos, ha logrado concentrar el ingreso mundial. Lo cierto es que el trato de la prensa financiera británica hacia la posibilidad del retiro de Grecia de la zona euro fue bastante mas agresivo e insultante que el que está en este momento de análisis sobre el acontecer británico que es mucho más grave y es menos explicable. A Gran Bretaña no le ha pasado nada en los últimos cuarenta años que ellos no hayan decidido.

Se ha dicho que el “Brexit” tiene el significado de la caída del Muro de Berlín. Bien podría tener el significado de la disolución de la Unión Soviética por contenido político. Podría marcar una nueva etapa de la crisis iniciada en agosto del 2007 y que está afectando a toda la economía mundial que navega con una teoría económica que no funciona.

* Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas UNAM, miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del www.obela.org. Servicio Informativo Alai-amlatina.